Cuatro amigos
Última noche del año. Los adolescentes Liv, Martina, Max y Anton son mejores amigos desde hace años. Los cuatro están ansiosos por celebrar esta Nochevieja juntos, divirtiéndose, bebiendo y coqueteando, mientras espían a sus padres en la casa vecina.
Cuatro secretos
Pero ya no son niños: hay que arriesgar y trasgredir las reglas. Y empiezan a jugar. Primero al Monopoly; después a Verdad o Reto. La fiesta sube de tono y las apuestas son cada vez más altas. Aparentemente lo tienen todo, pero tras la fachada perfecta hay secretos que nunca han compartido. Cada uno de ellos esconde algo que el juego inocente sacará a la luz y revelará una verdad impactante.
Una noche sin fin
Nada volverá a ser lo mismo.
Y no todos llegarán a las campanadas de medianoche…
El adjetivo que mejor define la poesía de Cristina Rivera Garza, una de las escritoras más relevantes de la literatura mexicana actual, es «indómita». Porque quiebra los géneros con un sinfín de formas que van desde los posteos o los tuits hasta los textos comunales, los telegramas y las bitácoras, pero también porque rompe la sintaxis y hasta el mismo lenguaje. Estas profundas fisuras señalan ausencias: de cuerpos —más de cien mil personas han desaparecido en el lapso de dos décadas en México— y de palabras.
Sus versos salvajes tejen nodos territoriales y afectivos, evocan corporeidades, juegan con la autoficción, construyen múltiples voces, tienden vasos comunicantes con su narrativa y están atravesados por las obsesiones que vertebran su obra: la violencia y la muerte, la enfermedad y el amor, el sueño y la razón. Son poemas que convierten a sus lectores en «traductores-detectives-cómplices» y que viven más allá de la página.
El episodio final de la saga Trainspotting. Irvine Welsh se despide a lo grande de los icónicos Renton, Begbie, Sick Boy y Spud.
Estamos en 2015 y los destinos de Renton, Begbie, Sick Boy y Spud vuelven a cruzarse. Es decir: tenemos de nuevo reunido al cuarteto protagonista de Trainspotting en lo que el autor ha anunciado como «el Grand Finale de la saga».
Renton es ahora un exitoso representante de DJs que viaja por todo el mundo y se topa en un vuelo transatlántico con Begbie, reconvertido en artista de éxito, hombre casado y padre de familia. A los otros dos no les ha ido tan bien en la vida: Sick Boy sigue en lo del negocio de explotación del cuerpo femenino y Spud es una suerte de mendigo profesionalizado que pide dinero por las calles acompañado de su perro. Las cosas empiezan a complicarse con un turbio asunto de tráfico de órganos y riñones donados o robados, a lo que se suma un cadáver y la aparición de algún que otro secundario de lujo como el taxista priápico Terry Lawson, viejo conocido de los lectores fieles de Welsh.
Dos de las tragedias más importantes de Shakespeare traducidas por Vicente Molina Foix.
Reunimos en un estuche especial las tragedias del escritor más importante en lengua inglesa y uno de los más célebres de la literatura universal.
La tragedia de Hamlet, príncipe de Dinamarca: Joven heredero con veleidades intelectuales y algo señorito, el príncipe Hamlet se enfrenta al peor de los fantasmas, el de la sucesión. Con la muerte de un padre a quien no le han unido lazos de afecto ni confianza mutua y perdido el confiado amor a su madre, Hamlet recibe una carga irrenunciable: la usurpada corona de Dinamarca.
La de Bioy Casares es una obra extraordinaria y vigente que, además, ofrece una especie de enigma: esa etapa entre 1929 y 1940 en la que publicó varios libros de los que él mismo prefirió no acordarse. En Memorias, sin embargo, ofrece algunas precisiones al respecto.
En estas páginas habla también de sus primeros perros y caballos, de sus disidencias con el grupo Sur, de su acceso al género fantástico a partir de un espejo veneciano en el cuarto de vestir materno, de su compleja relación con Silvina, de ese folleto sobre el yogur y la leche cuajada que significó el debut de una de las sociedades literarias más destacadas de todos los tiempos con Jorge Luis Borges, de la estancia de los Bioy en Pardo y de un inolvidable hotel que lo motivó a escribir ese particular cóctel que él define con toda naturalidad y terminó por convertirse en uno de los estilos más reconocibles de la literatura argentina: "historias donde conviven animales feroces, que sugieren épocas bárbaras y frívolos turistas de nuestro tiempo".