Un niño, que vive con sus abuelos en la estación de ferrocarril del Paradero de Camarones, se mantiene atento a todo lo que ocurre en ese pequeño pueblo de la región central de Cuba. Movido por el asombro y la curiosidad, sigue con una mirada cinematográfica situaciones del presente y evocaciones del pasado.
Entre los personajes hay dos, el Ruso y Basilia, que fascinan al niño y trastocan la cotidianidad del lugar. Todo sucede durante los doce meses de 1978. Lo que dejan o se llevan los trenes y la creciente opresión, en un país que está a dos años de la crisis del Mariel, son el telón de fondo.
En Atlántida no hay línea divisoria entre el testimonio y la ficción. Aunque la mayoría de los personajes y los hechos que aparecen en la novela son reales, siempre quedan expuestos a la imaginación del niño. De no ser por eso, pudiera considerarse un libro de memorias.
Zinnia Gray, reparadora profesional de cuentos de hadas y la Bella Durmiente en receso, está por rescatar princesas que roncan. Una vez que hayas rescatado a una docena de doncellas y quemado cincuenta husos, una vez que te hayas emborrachado con veinte buenas hadas y te hayas besado con demasiados miembros de la familia real, empiezas a desear que algunas de estas chicas simplemente se controlen y tratar de resolver sus propios problemas narrativos.
Justo cuando Zinnia comienza a pensar que no puede manejar a una princesa más, se mira en un espejo y ve otra cara que la mira: la cara sorprendentemente hermosa del mal, que le pide ayuda. Porque hay más de una persona atrapada en una historia que no eligieron.
La Reina Malvada de Blancanieves ha descubierto cómo termina su historia a partir de lo que podría ser el libro de cuentos de hadas de Zinnia y está desesperada por un final mejor. Quiere que Zinnia la ayude y necesita hacerlo antes de que sea demasiado tarde para todos. ¿Zinnia aceptará la solicitud venenosa de la Reina y los salvará a ambos de los zapatos de hierro candente que los esperan, o intentará otro camino?
«Una de las voces más personales, controvertidas y exuberantes de la literatura actual en español».
Jurado del Premio FIL de Literatura
Entre ironías, burlas, improperios, maldiciones, blasfemias, este librito sin pretensiones hará reír a muchos e iluminará a montones. Trata modestamente de apresar el cambio frenético que se ha apoderado del mundo. Su autor vive en la Luna y desde allá dispara. Es un francotirador lunático que abre fuego contra el que sea: presidentes, papas, reguetoneros, raperos, médicos... Y con especial delectación contra las reverendas madres, perpetuadoras de la especie, su blanco predilecto. Apunta desde arriba el selenita contra sus soldaditos de plomo, dispara y van cayendo allá abajo unos tras otras. ¡Qué puntería! ¡Qué masacre!
«A un paso de que la humanidad desaparezca por el exceso de gente, el derretimiento de los polos, la crecida de los mares y la gran fiesta nuclear que viene, juzgo oportuno enrostrarle al hombre lo cruel y atropellador que ha sido con los animales y enterarlo de la dicha inmensa que me causa su castigo y próxima desaparición». Eso dice, eso anuncia, oigámosle.
«Me había jurado no volver a comer tierra y ahora me quema la lengua y me ruge el estómago reclamándola. La tierra está llena de secretos pero no para mí».
Cometierra ha elegido dos cosas: un barrio nuevo y no volver a usar su poder adivinatorio nunca más. Rodeada de desconocidos, va saliendo poco a poco de su encierro y aprende a manejarse en su nuevo entorno, al tiempo que aguarda el nacimiento de su sobrino, hijo de su hermano Walter y de la novia de este, Miseria. Es precisamente esta última quien, al ver en el don de Cometierra un lucrativo potencial económico, la anima a recuperar las visiones que le permitían encontrar a gente desaparecida. Para ello, tendrá que resolver casos recientes y antiguos, desvelar secretos de su historia familiar y poner su vida en las manos de una bruja más poderosa que ella.
«Una novela redonda en la que Reyes vuelve a ofrecernos una prosa visceral y poética, unas imágenes bellas y desgarradoras, una literatura comprometida con la comunidad».
Lírica combativa, cruda, honda: ajena a cualquier zona de confort.
Nana de la medusa es el primer libro de poemas de Marina Perezagua, una auténtica ráfaga de aire fresco en la poesía española actual. Su escritura es contundente, atrevida, sarcástica o sensitiva, despliega todos sus recursos para poner en pie una poesía anfibia, híbrida en su búsqueda entre la narración y la palabra puramente lírica.
Con gran rigor estilístico, sensualidad e ironía, esgrime la escritura para intentar responder a ciertos interrogantes clave en su vida y de la nuestra en general: por qué somos pasto de la emigración, accederemos a una verdadera experiencia amorosa, en qué deriva tan cruel del mundo en general nos vemos embarcados.
Todas estas cuestiones y otras tan espinosas como estas se encuentran presentes en los poemas de Marina Perezagua, que tienen una importancia clave en su transformación en una persona distinta a la que fue en otro tiempo.