Situada en 1949, en las tierras fronterizas entre Texas y México, la historia se centra en el personaje de John Grady Cole, un muchacho de dieciséis años, hijo de padres separados que tras la muerte de su abuelo decide huir a México en compañía de su amigo Lacey, para encontrarse con un mundo marcado por la dureza y la violencia. Una novela de aprendizaje con resonancias épicas que inaugura un paisaje moral y físico que nos remite a la última epopeya de nuestro tiempo. Un estilo seco para una historia de emociones fuertes, ásperas, primigenias.
Don José es el único nombre que aparece en las páginas de este libro. Es un hombre solo, un simple escribiente, que tiene una afición secreta: recortar y coleccionar noticias sobre personas famosas, desde un obispo hasta una actriz, completando sus fichas con documentos del Registro Civil, donde trabaja. Cuando, por azar, entre las dichas de los famosos se traspapela el registro de una mujer anónima, Don José se obsesiona y comienza a buscar a la «mujer desconocida». Todo los nombres es, a todas luces, una novela psicológica, en la que el autor traza un perfecto retrato del funcionario y, a la vez, una crítica irónica a la burocracia.
Mientras su avión aterriza en un aeropuerto, Toru Watanabe, de treinta y siete años, escucha casualmente una canción de los Beatles: de pronto, la música le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de finales de los sesenta. Recuerda entonces, con melancolía y desasosiego, a la inestable y misteriosa Naoko, la novia de su mejor -y único - amigo de la adolescencia, Kizuki, y cómo el suicidio de éste les distanció durante un año, hasta que se reencontraron en la universidad....