Gabriel García Márquez siempre recordaba cómo su abuela le transmitió la pasión por las historias contándole cuentos cuando era pequeño y vivía con ella. Estos seis relatos, unidos por la presencia, a veces oculta, de un niño, contienen todo el imaginario del gran autor colombiano.
Una mujer y su hija llegan a un pueblo desierto para velar a un familiar difunto sin interrumpir la siesta de los habitantes. Un hombre con unas enormes alas de pájaro se precipita desde el cielo, sembrando el asombro entre el vecindario. Dos niños consiguen inundar de luz la ciudad de Madrid. Y en Barcelona, una prostituta que va entrando en la vejez adiestra a su perro para llorar ante la tumba que ha escogido para sí misma.
Estas conmovedoras historias están acompañadas por la obra de la pintora Carme Solé Vendrell, premio Nacional de Ilustración, que tiene el honor de ser la única persona que dio vida a los cuentos de García Márquez con el permiso del autor. Fieles a la magia de su prosa, las imágenes iluminan las delicadas reflexiones sobre la infancia que trazó el premio Nobel en estos relatos que tanto pequeños como mayores recordarán para siempre.
En 1697, a la edad de sesenta y nueve años, Perrault publicó Historias o cuentos de tiempos pasados, con moralejas (Histoires ou contes du temps passé, avec des moralités). Los personajes que emplea son hadas, ogros, animales que hablan, brujas, princesas y príncipes encantados, entre otros. Esta colección incluía cuentos como Cenicienta, La Bella Durmiente y Caperucita Roja. Aunque muchos de estos cuentos ya existían, la versión de Perrault los popularizó y les dio un enfoque literario distintivo. Una característica de los cuentos de hadas de Perrault es la inclusión de moralejas al final de cada historia, el autor incluye una enseñanza moral referente al contenido de cada historia, para destacar los valores de estos.
Miguel de Unamuno (1864-1936) dejó plasmada en sus cuentos toda la heterodoxia, toda la libertad creativa y toda la coherencia de pensamiento por las que se le reconoce como uno de los autores fundamentales de la literatura española. Desde una posición estratégica a caballo entre los siglos xix y xx, Unamuno utilizó sus cuentos, entre otras cosas, como excelente material donde desarrollar sus ideas y abordar las obsesiones que continuarían en el resto de su producción literaria. En este volumen anotado y editado por el especialista J. Óscar Carrascosa Tinoco se recogen, hasta reunir el corpus cuentístico del autor vasco, todos los relatos publicados por Unamuno tanto en libros como en las diversas cabeceras periódicas en las que colaboró, así como aquellos que permanecían inéditos. Desde el inaugural «Ver con los ojos», de 1886, hasta «Una tragedia», de 1923, contando con un buen número de cuentos sin fechar, el lector encontrará en esta rigurosa edición casi un centenar de relatos con los que comprobar, o recordar, la altura creativa de Unamuno.