«Encuentra a Jimena. La nada, aquí».
Madrid, 1889. Largas lenguas de fuego desdibujan la solidez arquitectónica del Gran Hotel Inglés. Entre la muchedumbre, el humo, los escombros y el caos, Elvira Pardo Losada detiene la camilla sobre la que los bomberos trasladan a uno de los heridos. Se trata de Leonardo, su gran amigo, cómplice de sus verdaderos impulsos por la escritura. La mujer se acerca asustada para escuchar lo que su amigo le intenta decir. Malherido, acierta a esbozar unas palabras y le encomienda la que puede ser su última voluntad. Contrariada y herida, víctima de una traición doble, decide viajar al pazo de Mariñán, en Galicia, para cumplir su promesa, encontrar a Jimena, y aprovechar la distancia para escribir. Sin embargo, una vez allí, el misterio no será solo dilucidar el paradero de la joven, sino que todos guardan secretos en un lugar donde la nada parece ser la única realidad palpable.
«Encuentra a Jimena. La nada, aquí».
Madrid, 1889. Largas lenguas de fuego desdibujan la solidez arquitectónica del Gran Hotel Inglés. Entre la muchedumbre, el humo, los escombros y el caos, Elvira Pardo Losada detiene la camilla sobre la que los bomberos trasladan a uno de los heridos. Se trata de Leonardo, su gran amigo, cómplice de sus verdaderos impulsos por la escritura. La mujer se acerca asustada para escuchar lo que su amigo le intenta decir. Malherido, acierta a esbozar unas palabras y le encomienda la que puede ser su última voluntad. Contrariada y herida, víctima de una traición doble, decide viajar al pazo de Mariñán, en Galicia, para cumplir su promesa, encontrar a Jimena, y aprovechar la distancia para escribir. Sin embargo, una vez allí, el misterio no será solo dilucidar el paradero de la joven, sino que todos guardan secretos en un lugar donde la nada parece ser la única realidad palpable.
Hace años, el monarca de Idris firmó un tratado con el reino de Hallandren según el cual el rey Dedelin enviaría a su hija mayor, Vivenna, para casarse con Susebron, el rey-dios de Hallabdren. Vivenna ha sido adiestrada durante toda su vida para ser una novia adecuada para Susebron y así cumplir con su deber y ayudar a forjar una paz estable entre los dos reinos. Ese era el plan, pero el monarca de Idris envía a su hija Siri, desobediente e independiente, en lugar de Vivenna.
Mientras intenta encontrar su lugar en la corte de Susebron, Siri descubre la verdad oculta sobre el rey-dios. En Idris, Vivenna se siente intranquila y teme que su hermana no esté preparada para esa nueva vida, por lo que decide viajar a Hallandren. Allí se reúne con la gente de Idris que trabaja en la capital, Telir, y comienza una nueva vida de espionaje y sabotaje.