El chico de la gorra es una novela sobre los miedos, las desesperanzas y las pequeñas victorias de una generación que debe encontrar su sitio en un mundo sin manual de instrucciones.
Hola, soy Áxel. Vivo en una furgoneta porque mi vida acaba de saltar por los aires.
En apenas tres días he perdido a mi abuela, la persona que me crio; un trabajo con un buen puesto en una multinacional, que estaba consumiendo mi salud mental; y a mi novia, con la que he compartido los últimos diez años.
La vida lleva treinta y cinco años haciéndome trampas y la felicidad no estaba escondida en el cajón donde me dijeron, así que ha llegado la hora de buscarla en otro lado: voy a vivir de crear contenido para mi blog y mis redes sociales, recorriendo el mundo con mi inseparable cámara. No sé qué es lo que me tiene reservado el perverso señor ese de ahí arriba que maneja nuestros hilos a su antojo, pero espero que al fin sea justo conmigo y me permita disfrutar de este camino.
Barcelona, 1945. Nil Roig es un chiquillo que se pasa el día en bicicleta transportando de un cine a otro viejas bobinas de películas. El día de su decimotercer cumpleaños es testigo de un crimen cometido en el portal de su casa. Mientras el asesino huye después de haberlo amenazado de muerte en caso de no mantener la boca cerrada, el moribundo le entrega el misterioso cromo de un actor de cine de la época; un objeto perseguido y anhelado por un excomandante de la Gestapo y un policía sin escrúpulos. El hecho de que el moribundo le dé el cromo a Nil pronunciando el nombre de David, el padre desaparecido del muchacho, arrastrará a este a resolver un secreto del pasado por el que pagará un alto precio.
Kirsten está en el último curso de bachillerato. Es el momento de decidir su futuro. Pero ¿cómo puede avanzar si todavía no ha superado un trauma del pasado que le provoca ansiedad e inseguridad?
Tras tocar fondo, Kirsten se encuentra con un desconocido que decide ayudarla. Ella teme conocerlo, él quiere saberlo todo sobre ella, pero sus paseos se convertirán en un lugar seguro donde se sentirán libres para compartir lo que no son capaces de hablar con nadie más.