Baltasar Gracián reúne en esta obra 300 aforismos e ideas sobre la conducta humana presentes en sus obras, a las que añade comentarios explicativos no menos valiosos.
El autor, conocido por su conceptismo propenso a juegos de palabras y sentidos, tiende a sintetizar y «oscurecer», pues está convencido de que así el lector aprovechará más su mensaje.
Esto, que puede convertir en difíciles algunos textos, les concede, al mismo tiempo, una belleza poco común y les permite conservar su vigencia y utilidad práctica. Hasta tal punto, que desde la década de los noventa este libro es un éxito de ventas en muchos países, en donde se presenta como manual de instrucciones y consejero «sobre cómo llevar una vida de éxito, pero responsable, en una sociedad gobernada por el egoísmo».
«Lo bueno, si breve, dos veces bueno.»
La carrera profesional de Florence Lovelady llegó a lo más alto cuando treinta años atrás ella misma dirigió el arresto de Larry Grassbrook, un fabricante de ataúdes y asesino en serie. Como algo propio de nuestras peores pesadillas, las víctimas eran niños y fueron enterrados vivos. Florence resolvió el misterio y encerró a Larry en la cárcel el resto de su vida, justo antes de que más niños fueran asesinados.
Treinta años más tarde, Larry ha muerto y los hechos del pasado vuelven a repetirse. ¿Estuvo Florence equivocada durante todos estos años? ¿O hay algo mucho más oscuro y macabro?
La ateniense Altea, una de las más brillantes discípulas de Platón, no sabe que tiene a su peor enemigo en su propia casa, y que tanto ella como el bebé que espera se encuentran en peligro. Por su parte, su amigo y maestro Platón arriesga la vida para intentar hacer realidad su gran proyecto: un gobierno en el que impere la justicia en lugar de la corrupción, y donde la razón se imponga a la retórica vacía de los demagogos. Un gobierno ideal que traería la paz a los pueblos y en el que las mujeres podrían llegar a gobernar. Como telón de fondo, el surgimiento de una nueva potencia liderada por el invencible general Epaminondas, uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, pone en juego la supervivencia tanto de Esparta como de la propia Atenas.