INTENSA. EMOCIONANTE. ABSORBENTE. BRUTAL. NO PODRÁS QUITÁRTELA DE LA CABEZA.
Desde las fascinantes marismas de Luisiana, un despiadado asesino en serie al que los medios apodan «el carnicero del pantano» está completando su proyecto más ambicioso: marcar de forma macabra a sus víctimas, que abandona en los pantanos dejando en sus cuerpos pistas dudosas que mantienen en vilo a la policía.
La brillante patóloga forense Wren Muller nunca se ha enfrentado a un caso que no haya podido resolver. Hasta ahora. Y su deseo de atrapar al asesino empieza a convertirse en una obsesión.
En una frenética carrera contra reloj, el duelo entre el asesino en serie más despiadado de la historia de Luisiana y la doctora Muller se librará en la mesa de autopsias, donde los cuerpos de las víctimas ocultan los secretos de una investigación que solo Wren puede desentrañar.
Mario Jimenez, un joven pescador, decide abandonar su oficio para convertirse en cartero de Isla Negra, donde la única persona que recibe y envía correspondencia es el poeta Pablo Neruda. Jimenez le admira y espera pacientemente que algún día le dedique un libro, o que se produzca algo más que un brevísimo cruce de palabras y el pago de la propina. Su anhelo se verá finalmente recompensado y entre ambos se entablará una amistad muy peculiar en la que conversarán sobre amor, poesía y política. Sin embargo, la enrarecida atmósfera que se vive en el Chile de esos años precipitará un dramático desenlace.
Antonio Skármeta, una de las máximas figuras de la literatura latinoamericana, escribió y dirigió la película Ardiente paciencia en 1983. Dos años despues la transformó en novela con El cartero de Neruda, que ha sido traducida a treinta idiomas y se ha adaptado al teatro, la ópera y el cine en tres ocasiones. Esta es la edición definitiva de la gran obra de Antonio Skármeta, convertida hoy en un clásico de la literatura contemporánea.
«—Ay, padre querido —exclamó María al fin—, ¿a quién le pertenece ese encantador hombrecito que está junto al árbol? —Ese caballero estará al servicio de todos ustedes, querida hija. Con sus dientes es capaz de romper las nueces más rígidas.
Aquel sofisticado hombrecito pertenecía a la familia de los Cascanueces y ejercía la misma profesión de sus ancestros.
—Puesto que el amigo Cascanueces ha elegido ser tu favorito, lo dejaré bajo tu custodia y cuidado.
De inmediato, María lo tomó entre sus brazos».