El regalo de la escritura de Mary Oliver es comunicar la belleza sencilla del mundo y hacerla inolvidable. Esto nunca ha sido más cierto que en la luminosa colección de ensayos y poemas que conforma «Vita longa». Con la gracia, la delicadeza y la precisión que caracterizan toda su obra, Mary Oliver nos muestra en este libro que escribir «es una forma de alabar el mundo», y nos sugiere, de forma aparentemente sutil pero inapelable, que leamos sus ensayos y sus poemas como «repentinos aleluyas» con los que celebrar el esplendor de la existencia.
James Bond no es un hombre que se intimide fácilmente, pero es difícil no sentirse nervioso en presencia de Mister Big, un despiadado gánster de Harlem que usa la superstición y el miedo para controlar su vasto imperio criminal; también es uno de los principales agentes estadounidenses del SMERSH.
Mister Big trafica en Nueva York con tesoros piratas procedentes de Jamaica para financiar operaciones de espionaje soviético en Estados Unidos. Con la ayuda de Solitaire, la hermosa y enigmática adivina de Mister Big, y su viejo amigo Felix Leiter de la CIA, 007 debe localizar el escondite del señor del crimen, sabotear su operación y recuperar el tesoro pirata para Inglaterra.
Tres momentos en la vida de Malika, una mujer marroquí de campo. Desde 1954 hasta 1999. Desde la colonización francesa hasta la muerte del rey Hassan II.
Su primer marido es enviado por los franceses a combatir en Indochina.
En los años 60, en Rabat, hace todo lo posible para evitar que su hija Jadiya entre a trabajar como criada en el chalé de Monique.
La víspera de la muerte de Hassan II, un joven ladrón homosexual, Jafar, irrumpe en su casa y quiere matarla.
Es Malika quien habla todo el tiempo a lo largo de estas páginas, quien cuenta sus estrategias para escapar de las injusticias de la Historia. Para sobrevivir. Para encontrar su lugar.
El martes 22 de junio de 1999, Claude, la pareja de Brigitte Giraud, sufrió un accidente de circulación, de resultas del cual falleció en el hospital esa misma noche. Más de veinte años después, la autora, impelida a vender la casa que compró con Claude poco antes del accidente, decide 'hacer por última vez un balance' que le permita 'cerrar la investigación', para lo cual reconstruye todos los hechos, circunstancias y decisiones que llevaron a que su pareja chocara con la moto que conducía contra un coche. Si el abuelo de la autora no se hubiera suicidado, o si Stephen King hubiera fallecido en un accidente que sufrió en 1999, o si la canción que Claude escuchó antes de salir del trabajo para ir a buscar a su hijo a la salida del colegio hubiera sido más corta (por citar solo tres de los hechos que reconstruye Brigitte Giraud), Claude, que conducía una moto potentísima que no era suya, sino del hermano de la autora, no habría chocado, a las cuatro y veinticinco de la tarde del 22 de junio de 1999, contra el 2CV que conducía Denis R. De esta forma, en "Vivir deprisa", con la que obtuvo el Premio Goncourt en 2022, Giraud nos muestra que hasta la decisión en apariencia más intrascendente o el hecho más ajeno en principio a nosotros pueden tener consecuencias imprevisibles y funestas para nuestra vida.
Una mala racha. Así es como podría llamarse a lo que está viviendo Sookie. Primero, su compañero de trabajo es asesinado y a nadie parece importarle. Luego se encuentra cara a cara con una criatura sobrenatural y casi muere en el ataque. Afortunadamente los vampiros le salvaron la vida, así que cuando le piden que busque a uno de ellos, desaparecido en Dallas, Sookie no lo duda ni un momento: les debe un favor.
Se supone que el trabajo es fácil: debe entrevistar a ciertos humanos involucrados en la desaparición. Solo hay una condición, los vampiros deben prometer comportarse y dejar que los humanos salgan ilesos. Más fácil decirlo que hacerlo. Todo lo que se necesita es un pequeño error para que las cosas se vuelvan mortales...
Guinea ve truncada su carrera como profesora en una universidad de Estados Unidos tras salir a la luz su relación con un alumno mucho más joven que ella. Huyendo del escándalo y en busca de una nueva vida llega al aeropuerto de Buenos Aires, donde descubre que se ha producido un apagón general. Con el teléfono sin red, es incapaz de localizar su destino. Un hombre inquietantemente amable la conduce por la ciudad y le propone alojarse con él y con su hijo adolescente, Vladimir, mientras continúe la situación. Sin combustible ni alimentos, la calle se vuelve un escenario peligroso: todos contra todos. Sin embargo, la mayor violencia late invisible dentro de la casa donde los tres conviven junto a dos perros. Guinea y Vladimir sienten pronto una complicidad que los enfrenta al padre. Otra vez un deseo turbio que ordena y produce el caos, un deseo más fuerte que la sangre y el amor.
Vladimir es una novela profundamente perturbadora, un thriller emocional y erótico en el contexto de un mundo que se apaga.