Hace diez años la Asociación de Academias de la Lengua Española pensó este Quijote para todos. Hoy se reedita -en edición limitada- para conmemorar los 400 años de la muerte de su autor. Los años 2015 y 2016 conforman un bienio de aniversarios cervantinos. A la celebración del IV Centenario de la publicación de la segunda parte de Don Quijote (2015), le sigue, en 2016, la conmemoración del IV Centenario de la muerte de su autor, Miguel de Cervantes. Como ocurrió hace más de una década, las Academias de la Lengua Española y la editorial Alfaguara se unen a esta celebración con la reedición de este clásico universal, que llevaba siete años fuera de las librerías. Esta edición reproduce el texto crítico y las notas de Francisco Rico, a su vez coordinador del volumen, y se completa con estudios de escritores y filólogos de la talla de Mario Vargas Llosa, Francisco Ayala, Martín de Riquer, José Manuel Blecua, Guillermo Rojo, José Antonio Pascual, Margit Frenk y Claudio Guillén.Como novedad, la presente edición cuenta con un prólogo de Darío Villanueva, director de la Real Academia Española, escrito especialmente para la ocasión. La crítica ha dicho... «Lo considero un libro para el siglo XXI.» Mario Vargas Llosa «Uno de los grandes acontecimientos literarios del año.» ABC «El volumen tiene una sobria y elegante presentación y una cuidadísima realización.» José Andrés Rojo, El País
Olga, a las puertas de la muerte, explica a su nieta la manera de conseguir que cada camino que tomemos en la vida esté guiado por nuestro corazón, y que cada traspié que demos pueda mitigarse luchando con valentía contra el azar.
Edgar Freemantle pierde el brazo en un terrible accidente que también le retuerce la mente y la memoria para dejarle lleno de rabia, y solo rabia, cuando empieza el proceso de recuperación. Su matrimonio, que le dio dos hijas maravillosas, se ha roto y Edgar quisiera no haber sobrevivido a las graves heridas que le produjo el accidente. Quiere huir. Su psicólogo, el doctor Kamen, le propone que empiece una nueva vida. Edgar alquila una casa en Duma Ker, un terreno de la costa de Florida. Allí comienza a dibujar. En la playa entabla amistad con Wireman, otro hombre a quien le cuesta hablar de sus heridas, y con la anciana Elizabeth Eastlake. Entonces descubre en sí mismo un talento artístico extraordinariamente peligroso. Muchos de sus cuadros contienen un poder que ni él sabe controlar. A medida que van descubriendo los fantasmas de la infancia de Elizabeth, el poder destructivo de los cuadros se convierte en algo realmente devastador.
Esta obra es la brillante conclusión a la trilogía iniciada con Dune, la Casa Atreides y seguida en Dune, la Casa Harkonnen, y un valioso complemento al emocionante universo del inmortal Dune de Frank Herbert.
El ambiente plúmbeo y la rigidez moral que caracterizan a la aristocracia prusiana no logran someter la vitalidad de la joven Effi Briest, que cede a la tentación del adulterio sabiendo perdida su oportunidad de ser feliz. Su marido, el barón Von Innstetten, no se siente especialmente ofendido, pero no tendrá más remedio que hacer valer su autoridad por la presión de las normas sociales. Theodor Fontane se basó en un hecho real para retratar los conflictos de la recién creada nación alemana, tan dispuesta como reacia a asumir los nuevos modelos de subjetividad y progreso. Este volumen recoge la fiel y canónica traducción que en su día realizara F. de Ocampo. Asimismo, al texto de Fontane lo precede la formidable introducción firmada por el Premio Nobel de Literatura Thomas Mann, declarado admirador de la obra del máximo representante del realismo alemán.
La mayoría de los cuentos reunidos en este libro pertenecen al género fantástico. Algunos surgieron a partir de crónicas policiales, de pinturas o simplemente de la visión de algún conventillo; otro explora el efecto que la inmortalidad causaría en los hombres; hay una glosa al Martín Fierro, sueños sobre la identidad personal y fantasías del tiempo. El cuento «El Aleph», publicado por primera vez en 1945, aborda uno de los temas recurrentes en la literatura de Borges: el infinito. Porque en esa esfera resplandeciente confluyen de un modo asombroso todos los tiempos y todos los espacios.