Veinte mil leguas de viaje submarino es una de las obras más conocidas del escritor francés Julio Verne. Publicada por primera vez en 1870. La historia se desarrolla en un viaje submarino alrededor del mundo, durante el cual los personajes se enfrentan a diversos peligros y descubren maravillas ocultas en las profundidades del océano. A lo largo de la travesía, Verne ofrece descripciones detalladas de la vida marina y de las maravillas submarinas, así como reflexiones sobre la naturaleza humana, la tecnología y la moralidad.
La hipocresía era, y así lo denunció Twain en su obra, la base de una sociedad pervertida y a su vez pervertidora. Con un chico como Huck, de la clase social más baja en la Norteamérica de aquel tiempo, podía el escritor mostrar cómo el hombre estaba equivocado en sus concepciones morales. El muchacho ha de decidir si sigue lo que la sociedad dicta como bueno o lo que su corazón le sugiere, aunque esto sea precisamente lo contrario de lo que la moral predica como correcto.
Buck es un perro que lleva una buena vida en una granja cerca de San Francisco propiedad del juez Millerr, era el perro que reinaba en el lugar hasta que lo roban y lo venden para pagar una deuda de juego. Buck es llevado entonces a Alaska para ser convertido en un perro de tiro por su físico y buen estado. Lo entrenan como perro de trineo y rápidamente aprende a sobrevivir en las noches frías de invierno y en la sociedad de la jauría observando a sus compañeros. Con el paso del tiempo es vendido y cambia de mano varias veces, mejorando sus cualidades como perro de trineo y líder de la manada.
Tras recuperarse del accidente provocado por una examante de Dylan, Yanira y él celebran su ansiada boda en Los Ángeles. Su vida de recién casados es una continua luna de miel. Ambos son dos fieras del sexo, a los que les gusta el morbo, las fantasías y experimentar cosas nuevas. Juntos inventan un juego llamado «Adivina quién soy esta noche», plagado de lujuria, posesión y sensaciones, en el que los límites los ponen ellos. Todo marcha a las mil maravillas, hasta que Yanira regresa a los escenarios. Lo que para ella es un sueño hecho realidad, para Dylan será el punto de partida de muchos problemas, desconfianzas, celos y rupturas que se multiplicarán con las invenciones de la prensa. Yanira y Dylan no podrán evitar que sus vidas se descontrolen de una manera inimaginable para ellos.
Las guerreras Maxwell 7
Carolina Campbell es la pequeña de la familia. A diferencia de sus hermanas y hermanos, que cumplen la voluntad de sus padres, ella es más inquieta. Su carácter independiente y retador espanta a todos los hombres que se le acercan. Peter McGregor, un guapo y joven highlander con un excelente sentido del humor, se dedica a la cría de caballos junto con sus amigos Aidan y Harald. Los Campbell y los McGregor se odian desde hace años por algo que ocurrió entre sus antepasados y que llevó a los McGregor a entregarles unas tierras que Peter está dispuesto a recuperar a toda costa. Y la oportunidad le llega de sopetón cuando Carolina, intentando salir airosa de un problema y sin apenas conocer a Peter, le ofrece las tierras que desea a cambio de que se case con ella. En un principio Peter se niega. ¿Acaso aquella Campbell se ha vuelto loca? Al final, viendo que de este modo recuperará las propiedades que su padre tanto ansía, termina aceptando el enlace para un año y un día con Carolina. Pasado ese tiempo no renovará los votos matrimoniales: volverá a ser un hombre libre y con las tierras en su poder. Pero ¿qué pasará si durante ese año se enamoran?
Tras haber desenmascarado al asesino de la quiche letal, la fortuna parece sonreír a Agatha Raisin. Aceptada por la pintoresca comunidad de Carsely, y felizmente acompañada de sus dos gatos, su vida transcurre sin otro objetivo que doblegar la indiferencia de James Lacey, militar jubilado por el que Agatha siente verdadera devoción.
Un interés que parece evaporarse cuando aparece en escena Paul Bladen, el nuevo veterinario del pueblo, que no se muestra ajeno a sus encantos. Sin embargo, el hombre sucumbe a una inyección destinada a un caballo de carreras, y aunque todo apunta a un accidente, Agatha cree que se trata de un crimen. Ante la sorpresa de los lugareños, el coronel Lacey comparte, por una vez, la hipótesis de su tenaz vecina, hasta el punto de embarcarse con ella en una investigación mucho más peligrosa de lo que ambos habrían podido imaginar.