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EL AÑO EN QUE NACIO EL DEMONIO

Virreinato del Perú, 1623. En una noche negra como ninguna otra, el demonio se hizo carne en la Ciudad de los Reyes cuando, en el convento de Santa Clara, una novicia dio a luz a una horripilante bestia de dos cabezas, lengua bífida y ocho extremidades. El nacimiento del engendro coincide con la aparición en la capital de una mujer de nombre Rosa, quien, se dice, es capaz de hablar con Dios y con el Diablo. Bruja o santa, se ha convertido en objetivo del Santo Oficio, que no descansará hasta revelar las verdaderas intenciones de la joven, así como su posible relación con el parto demoniaco y los terribles hechos que se desencadenarán con él. En una ciudad enlodada por el crimen y la corrupción, asolada por malos augurios y vientos de incertidumbre, Alonso Morales, un novato alguacil del Santo Oficio, dará testimonio de la llegada del Maligno en tanto descubre cuán difícil es distinguir los caminos que separan el bien del mal.
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ATAQUE A LOS TITANES 4

Un hecho imposible deja perplejo al cuerpo de exploración El cuerpo de exploración está perplejo: tras la aparición de titanes dentro del muro, son incapaces de encontrar la brecha que, por lógica, han tenido que usar para acceder a las zonas protegidas por los humanos. Pero ¿y si están todos equivocados? ¿Y si en vez de centrar sus esfuerzos en encontrar esa hipotética brecha el problema es que hay traidores en su seno?
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CUENTOS

Los cuentos de Ernest Hemingway son no solo lo mejor de su obra, según suele admitir la crítica, sino también fundamentales para entender el siglo. En esta edición recuperamos, con nueva traducción de Damián Alou, la recopilación que el propio Hemingway hiciera de todos sus cuentos en 1938, conocida como Los cuarenta y nueve primeros cuentos, y que incluye relatos tan magistrales como «Los asesinos», «Las nieves del Kilimanjaro» o «Padres e hijos». Su mundo estético y moral —ese espacio traspasado por la soledad, la inpidualidad y la brutalidad— se encuentra aquí destilado, despojado de todo ornamento, encerrado en el sustantivo y el adjetivo precisos, seco, sobrio, cegador, latente. La caza, la pesca, el boxeo, la guerra, el alcohol, el deseo y la derrota son algunos de los materiales con que se construye esta obra, cuyo aliento perdura con un vigor insospechado.
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