En el corazón de Olar, un reino forjado a base de conquistas y traiciones, nace un príncipe marcado por una terrible maldición: ser incapaz de amar y de llorar. Bajo la sombra de su madre, la astuta y poderosa Reina Ardid, Gudú crece en un mundo de intrigas palaciegas, magia ancestral y criaturas fantásticas que desafían su destino.
Desde los trasgos bajo tierra hasta las sirenas de los lagos y los piratas de la isla de Leonia, el reino de Olar es un lugar donde el poder se conquista a sangre y fuego. Pero mientras Gudú lucha por consolidar su dominio, la Reina Ardid, con su ingenio y determinación, se convierte en la única guía de un rey que no puede comprender qué es el amor.
Un hecho imposible deja perplejo al cuerpo de exploración El cuerpo de exploración está perplejo: tras la aparición de titanes dentro del muro, son incapaces de encontrar la brecha que, por lógica, han tenido que usar para acceder a las zonas protegidas por los humanos. Pero ¿y si están todos equivocados? ¿Y si en vez de centrar sus esfuerzos en encontrar esa hipotética brecha el problema es que hay traidores en su seno?
En la ciudad industrial de Coketown el señor Gradgrind dirige una escuela donde se enseña que la vida es «una pura cuestión de números» basada en «hechos» e inculca los mismos principios a sus hijos. Cuando un día sorprende a dos de ellos, Tom y Louisa, espiando entre las barracas de un circo, se enoja sobremanera y les recuerda que la imaginación y el sentimiento son «tonterías destructivas». El fabuloso mundo del circo sirve de contrapartida al sistema despótico y estrictamente regulado de la ideología utilitarista, personificada especialmente en la figura del siniestro banquero Bounderby, y que a lo largo de la trama lo único que prácticamente hace es engendrar canallas y víctimas.