La vida de la doctora Briana Ortiz va cuesta abajo. Está a punto de oficializarse su divorcio, a su hermano se le acaba el tiempo para conseguir un donante y ese ascenso que tanto deseaba se lo va a llevar, casi seguro, ese doctor nuevo que al que no soporta. Sin embargo, justo cuando ella ya está preparada para diagnosticar un caso de odio a primera vista, Jacob Maddox le envía una carta. Una preciosa que demuestra que, en realidad, no es el diablo.
Bri y Jacob continúan escribiéndose, y cuando él le hace a Briana el mejor regalo del mundo, un riñón para su hermano, ella no puede evitar preguntarse cómo va a evitar sucumbir a ese recién llegado callado y atractivo… especialmente cuando este le pide un favor que no puede rechazar.
Vivimos en cambio constante,
con miedo a decir «te quiero»
por las consecuencias que podría traer.
Pero debemos arriesgarnos,
tenemos que perdernos para poder
encontrarnos, aprender del daño
y seguir soñando.
Quiere, quiere mucho. Pero nunca te
olvides de quererte a ti.
Holly Golightly, la protagonista de Desayuno en Tiffany’s, es quizás el más seductor personaje creado por ese maestro de seducción que fue Truman Capote. Atractiva sin ser guapa, tras rechazar una carrera de actriz en Hollywood Holly se convierte en una estrella del Nueva York más sofisticado; bebiendo cócteles y rompiendo corazones, parece ganarse la vida pidiendo suelto para sus expediciones al tocador en los restaurantes y clubs de moda, y vive rodeada de tipos disparatados, desde un mafioso que cumple condena en Sing Sing al que visita semanalmente hasta un millonario caprichoso de afinidades nazis, pasando por un viejo barman secretamente enamorado de ella. Mezcla de picardía e inocencia, de astucia y autenticidad, Holly vive en la provisionalidad permanente, sin pasado, sin querer pertenecer a nada ni a nadie, sintiéndose desterrada en todas partes pese al glamour que la rodea y soñando siempre con ese paraíso que para ella es Tiffany’s, la famosa joyería neoyorquina.
Una experiencia personal del propio Tolstói fue la inspiración para La tormenta de nieve, que vio la luz en 1856 en la revista El contemporáneo. Una ventisca sorprende a un viajero y su cochero en la estepa rusa y les aparta de su camino. Cuando el cochero decide volverse, el viajero se une a una caravana en la que conocerá a una serie de variopintos personajes. Una obra temprana del gran autor ruso que, en su brevedad, aborda temas como la superación de obstáculos, la vanidad o la búsqueda de reconocimiento.
Un joven barón austriaco llega a un lujoso hotel-balneario para disfrutar de una semana de vacaciones. Allí conoce a una dama a la que se propone seducir. Para lograr su objetivo, decide utilizar como intermediario a su hijo enfermizo de doce años. Empieza entonces una intensa relación triangular que avivará una conciencia en el pequeño que cambiará para siempre la relación con su madre. Un magistral relato con la moralidad, las debilidades humanas y el paso de la niñez a la adolescencia como telón de fondo.
Wren is used to being called a control freak. She doesn’t care; sticking to the list of rules she created for herself helps her navigate life. But when a cute guy named Asher walks through the door of her neighborhood coffee shop, the rulebook goes out the window.
Asher is cute, charming . . . and being catfished by his online crush. So Wren makes an uncharacteristically impulsive decision—she pretends to be the girl he’s waiting for to save him from embarrassment. Suddenly she’s fake-dating a boy she knows nothing about. And it’s . . . amazing.
It’s not long before Asher has her breaking even more of her own rules. But will he forgive her when he finds out she’s not who she says she is? Wren’s not so sure. . . . After all, rules exist for a reason.