Zorro 8 siempre ha sido conocido como el soñador de la manada, al que sus otros compañeros zorros miran con desdén y por el que ponen los ojos en blanco. Hasta que consigue desarrollar una habilidad única: aprende a hablar "Umano" escondiéndose frenta a la ventana de una casa y escuchando las historias que una madre cuenta a sus hijos antes de dormir. El poder del lenguaje alimentará su curiosidad creciente por ellos, incluso después de que la construcción de un "Centro Comerzial" en las cercanías de la madriguera ponga en peligro la supervivencia de la manada y le embarque en un peligroso viaje para salvar a los suyos.
Escrita con mucha ternura, humor y una profunda convicción ética, y acompañada de las preciosas ilustraciones de Chelsea Cardinal, Zorro 8 es una carta de amor de un animal a los humanos y una llamada de atención a cuidar del medioambiente.
Pues de eso va esta historia: de mudanzas que te salvan, de amigos que te sostienen cuando todo se va al garete, de despedidas no deseadas, de perretes que llegan para cambiarlo todo... Y, por supuesto, de amores inesperados. De días en los que la vida te grita: «¡guapa, reina, artista!» y te sientes como la Jurado, la Pantoja o la Rosalía. Pero también de esos otros días, en los que no te entiendes ni a ti misma. Qué le vamos a hacer si la vida nos provoca...
Y es que el aprendizaje de una es el aprendizaje de todas y como vivir es compartir, en este libro te cuento mis alegrías y penas de ayer, hoy y siempre.
No hay delirio más voraz que el deseo. Se alimenta de lo que encuentra, de lo que sabe y no sabe, crece mejor en las sombras, en los santuarios prohibidos, en las distancias insalvables.
S es una escritora que vive en Londres. Ha perdido a un hijo y con él todo lo que la ataba a la vida, incluido su matrimonio. F es abogado y lleva junto a su mujer una vida tranquila en Santiago de Chile. S y F se conocen en Londres y a partir de entonces comienzan a reunirse clandestinamente en remotas ciudades, al tiempo que mantienen una obsesiva comunicación a distancia. Junto a F, ella recobra el impulso erótico y las ganas de sentir, de amar, de asomarse al mundo. Sin embargo, los kilómetros que los separan y el desconocimiento que cada uno tiene de la verdadera vida del otro llevarán a S a enfrentarse a unas circunstancias que ni en sus sueños ni en sus pesadillas hubiese podido imaginar.
Mostrando la sexualidad de los amantes de manera explícita y audaz, Carla Guelfenbein recorre en esta novela las zonas del cuerpo y la mente donde los deseos nacen y se expanden hasta dominarlo todo. Una novela que revela sin tapujos el poder cegador de las ilusiones y de las historias que nos contamos para seguir viviendo.
El chico acuario es independiente y natural.
El chico piscis es sensible y espiritual.
El chico aries es enérgico e impulsivo.
El chico tauro es estable y sensual.
ANNA YA NO ES LA MISMA
Lleva ya un tercio de su experimento del Zodiaco y ha aprendido más sobre ella misma que sobre los hombres que ha conocido. Sin embargo, los recientes sucesos familiares han dado un giro vertiginoso a su vida.
ANNA TIENE EL CORAZÓN ROTO
El amor no se puede controlar y ha llegado para poner a prueba el experimento. Pero en una ciudad como Los Ángeles nada es lo que parece y las mentiras se pueden ocultar tras una buena actuación.
ANNA VA A LUCHAR
No puede rendirse ahora. Tras un intenso desengaño amoroso, tiene que recomponerse y encontrar su propio camino. Aunque, durante todo el experimento, siempre haya una persona poniendo su corazón patas arriba y tentándola a romper las reglas.
Una mala racha. Así es como podría llamarse a lo que está viviendo Sookie. Primero, su compañero de trabajo es asesinado y a nadie parece importarle. Luego se encuentra cara a cara con una criatura sobrenatural y casi muere en el ataque. Afortunadamente los vampiros le salvaron la vida, así que cuando le piden que busque a uno de ellos, desaparecido en Dallas, Sookie no lo duda ni un momento: les debe un favor.
Se supone que el trabajo es fácil: debe entrevistar a ciertos humanos involucrados en la desaparición. Solo hay una condición, los vampiros deben prometer comportarse y dejar que los humanos salgan ilesos. Más fácil decirlo que hacerlo. Todo lo que se necesita es un pequeño error para que las cosas se vuelvan mortales...