¿Qué relación hay entre un intento de suicidio fallido, una acusación de robo injusta contra una alumna y la vida sentimental de un famoso tenista?
Para un espectador común, aparentemente nada. Pero cuando se celebra una fiesta en Gull's Point, la casa costera de una anciana viuda, los acontecimientos anteriores alcanzan un punto dramático. Como descubre el superintendente Battle, todo forma parte de un plan cuidadosamente trazado? para cometer un asesinato.
Como una ventana indiscreta, las cartas de Jane Austen a su hermana Cassandra proporcionan una mirada fascinante sobre la vida de la autora. Relaciones amorosas, ocasiones mundanas, visitas a vecinos, salidas al teatro: minúsculos detalles cotidianos que nos desvelan la faceta más íntima del mundo de Austen y nos ayudan a reconstruir la personalidad de una de las autoras más importantes de la historia de la literatura. En esta original selección epistolar, el lector encuentra una valiosa llave de acceso a la vida privada de Austen y al mismo tiempo un destello de su abrumador talento literario, aplicado aquí al delicado arte de escribir cartas, que, en palabras de la misma escritora, «consiste en saber expresar en el papel exactamente lo mismo que uno diría a la persona si estuviera hablando con ella».
En la arena luchaban por su vida. En Roma luchaban por defender aquello en lo que creían. Juntas demostraron que todo es posible.
Año 124 d. C. Helena y Valeria son dos jóvenes romanas procedentes de mundos muy distintos: una esclava, la otra noble.
Sin embargo, ambas tienen que tomar decisiones que ponen a prueba su valentía. Cuando el emperador Adriano se enamora del esclavo Antinoo, el gran amor de Helena, la joven se ve obligada a convertirse en la mejor gladiadora de todos los tiempos, algo nunca visto para los romanos, y así tratar de acercarse a Antinoo. Por su parte, Valeria, hija de un abogado de renombre, sueña con vencer al destino que le espera como esposa y madre en una época gobernada por la voluntad de los hombres.
Año 131 d. C. El pueblo de Roma celebra el combate de gladiadoras más increíble que jamás se haya visto. Movidas por el anhelo de libertad y la venganza, dos mujeres se enfrentan en un duelo definitivo. El duelo de la eternidad.
Una obra insólita, auténtico estímulo para la lectura y uno de los grandes fenómenos de la edición francesa.
Pennac, profesor de literatura en un instituto, se propone una tarea tan simple como necesaria en nuestros días: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que lea por placer, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Todo ello escrito como un monólogo desenfadado, de una alegría y entusiasmo contagiosos: «En realidad, no es un libro de reflexión sobre la lectura», dice el autor, «sino una tentativa de reconciliación con el libro».
Este antimanual de literatura concluye con un decálogo no de los deberes, sino de los derechos imprescriptibles del lector (derecho a no terminar un libro, a releer... incluso a no leer).
«Pennac demuestra que se pueden escribir ensayos evitando toda jerga y toda pedantería» (Jacques Nerson, Le Figaro).
Los límpidos versos de Manuel Astur, reminiscentes de la obra de Walt Whitman y Mary Oliver, pero también de la poesía clásica china, son un estremecido canto a la vida en que el mundo natural ejerce a un tiempo de cálido refugio e inevitable recordatorio de nuestra finitud. Destellos exógenos de una cruel belleza traen ecos del pasado al poeta, pero también vislumbres de una serenidad que lo reconcilia con la amarga caída del fruto siempre verde de la vida.
Un viaje sin rumbo. Una tonelada de drogas. El Mountain Grill. La gloria del rock. La sobredosis en el sótano. Y la idea persistente de alguien que camina estando ya muerto. Estos son los ingredientes que usa Michael Moorcock en su relato Cantante muerto. Cuento de fantasmas. Alucinación drogadicta. Fantasía macabra. Tras una gira, Shakey Mo, pipa de bandas de rock de los 70 como Hawkwind o Deep Fix se encuentra con Jimi Hendrix resucitado. Juntos viajan sin rumbo fijo en una autocaravana por el norte de Inglaterra mientras charlan sobre la lamentable situación del rock and roll y si hay alguna esperanza para su futuro. Con la publicación en 1974 de A Dead Singer, Michael Moorcock, referente de la nueva ola británica de ciencia ficción y uno de los 50 mejores escritores británicos de la segunda mitad del S. XX (The Times), arrancaba de su tumba al fantasma de una década muerta de forma trágica y lo colocaba en la siguiente, en un acto que sirvió para mostrar a un Hendrix horrorizado por el legado de su generación.