Desde hace casi un siglo, Biloxi es conocida por sus playas, complejos turísticos e industria pesquera. Pero también tiene un lado oscuro. Esta ciudad de Mississippi es además famosa por el crimen y la corrupción: desde el juego, la prostitución y el contrabando hasta el narcotráfico y los asesinatos a manos de sicarios. Un pequeño grupo controla la actividad criminal y se rumorea que muchos de ellos son miembros de la mafia del sur, conocida como mafia Dixie.
Keith Rudy y Hugh Malco, amigos de la infancia e hijos de familias inmigrantes, crecieron en Biloxi durante los años sesenta, hasta que en la adolescencia sus vidas siguieron direcciones diferentes. El padre de Keith se convirtió en un legendario fiscal decidido a «limpiar la costa». El de Hugh llegó a ser el jefe de la red criminal clandestina de Biloxi. Keith decidió estudiar Derecho y seguir los pasos de su padre. Hugh prefirió trabajar en los clubes nocturnos del suyo.
Las dos familias se dirigen directas hacia un decisivo enfrentamiento, que tendrá lugar en un tribunal... y en la que la vida de todos estará en la cuerda floja.
UN PLAN IMPOSIBLE
Todo lo que Aura Reyes necesita es continuar con vida diez minutos más.
No es tarea fácil.
Las otras son cuatro, son más fuertes y ella —una fifigura acorralada en el patio de la cárcel— nunca ha sabido defenderse demasiado bien.
O tal vez sí.
UNA HUIDA SIN TREGUA
Porque Aura tiene que recuperar a sus hijas. También a sus amigas.
Y por eso ha trazado un plan que arranca dentro de diez minutos.
Así que no.
No tiene ninguna intención de morir hoy.
DEJARSE ATRAPAR NO ES UNA OPCIÓN
En los ocho relatos que integran este volumen, László Krasznahorkai vuelve a deslumbrar al lector con su sagacidad y sentido del humor. Ya se trate de la venganza ejercida por un cazador sobre sus vecinos, del exilio de ciudadanos condenados a una espera insoportable para embarcar en un navío bajo la vigilancia de milicias armadas hasta los dientes o de los intentos de un enigmático personaje de evadir a sus perseguidores, el irresistible ingenio del aclamado narrador húngaro brilla con intensidad. La interrogación sobre las ilusiones, la perfidia, la traición y la desconfianza humanas que atraviesa estos relatos hace de ellos una síntesis perfecta de los motivos que animan el conjunto de su magistral obra.
Los discursos del gran escritor reunidos por primera vez en un libro.
Miguel Delibes pronunció su primer discurso en el acto de su recepción en la Real Academia Española en 1975, y con el tiempo resultó una joya literaria con un mensaje más vigente que nunca y sin duda uno de los grandes temas de su obra: cómo el progreso moderno puede destruir la naturaleza y, con ella, un componente esencial de nuestra humanidad. Leer a Delibes nos impulsa a reflexionar sobre asuntos tan diversos como la ecología, la libertad de expresión o la dimensión ética de la escritura. En estos textos hallaremos el placer de la palabra precisa, la que nombra la realidad con la exactitud y la belleza sin igual que ya conocemos del Delibes narrador, y que nos rescata de la comodidad del no pensar que impera en la sociedad actual.
Los discursos del gran escritor nos invitan a descubrir un género que abarca el pensamiento de todo un clásico contemporáneo.
Guinea ve truncada su carrera como profesora en una universidad de Estados Unidos tras salir a la luz su relación con un alumno mucho más joven que ella. Huyendo del escándalo y en busca de una nueva vida llega al aeropuerto de Buenos Aires, donde descubre que se ha producido un apagón general. Con el teléfono sin red, es incapaz de localizar su destino. Un hombre inquietantemente amable la conduce por la ciudad y le propone alojarse con él y con su hijo adolescente, Vladimir, mientras continúe la situación. Sin combustible ni alimentos, la calle se vuelve un escenario peligroso: todos contra todos. Sin embargo, la mayor violencia late invisible dentro de la casa donde los tres conviven junto a dos perros. Guinea y Vladimir sienten pronto una complicidad que los enfrenta al padre. Otra vez un deseo turbio que ordena y produce el caos, un deseo más fuerte que la sangre y el amor.
Vladimir es una novela profundamente perturbadora, un thriller emocional y erótico en el contexto de un mundo que se apaga.
La casa de caramelo, que culmina el ambicioso proyecto narrativo de Jennifer Egan iniciado con El tiempo es un canalla (Premio Pulitzer en 2011), cuenta la historia de Bix Bouton, un brillante empresario informático en horas bajas que acaba patentando una exitosa herramienta tecnológica que permite acceder a nuestros recuerdos y compartirlos, y que ha seducido a miles de personas. Con una asombrosa variedad de recursos narrativos, Egan pone el foco en el mundo digital y de las redes sociales y nos cuenta la historia de diversos personajes que buscan una conexión real en un mundo cada vez más digitalizado e hiperconectado.
Louise tiene veinticinco años y aunque es parcialmente sorda hasta ahora ha conseguido construir su vida y maniobrar con esa incapacidad invisible, en gran parte gracias a su poética relación con el mundo:cuando se enfrenta a algún malentendido por su sordera acuden a su mente varios personajes, desde un soldado de la Primera Guerra Mundial a una excéntrica botánica, que la acompañan y ayudan a hacer frente a una realidad cada vez más complicada.
Su último diagnóstico es claro: ha perdido aún más audición de lo esperado y la única posibilidad es que se opere para llevar un implante pero esta decisión no es tan simple como pudiera parecer; el resultado es irreversible y si bien volvería a oír con claridad, implica perder su audición natural y oír todas las voces con un mismo tono metálico. ¿Será capaz de renunciar a reconocer la ironía, o la voz de su madre, y de entrar en un nuevo mundo sin matices?
El corredor es un alarido de metal y literatura cuya virtud primordial es llevar al lector a un paroxismo, a esa exaltación propia de los derviches y pilotos cuyos bólidos están avizorando, en fracciones de segundo, la pared donde habrán de estrellarse, el fuego donde serán desgarrados por engranajes y ángulos enfurecidos. Alejandro Vázquez Ortiz ha logrado escribir un mecanismo narrativo cromado, con varias capas de pintura, donde conviven la violencia y la desesperación, donde el vértigo y el vacío son las únicas certezas. Aceite quemado, autopistas interminables que brillan en el desierto como pistones al rojo vivo, un terraplén de grava y concreto habitados por automóviles, sangre y dolor. Esta novela no es ajena a un fetichismo, no es ajena a nosotros, humanos al borde de todo. Y eso es lo que la vuelve memorable.
Adalyn Reyes siempre ha estado centrada en su carrera dentro de los Miami Flames. Sin embargo, su impecable recorrido se ve afectado cuando el vídeo de un altercado con la mascota del equipo se hace viral. En consecuencia, el dueño del club (que es también su padre) la envía a un pueblo en mitad de la nada para reflotar el equipo de fútbol local y Adalyn está dispuesta a dejarse la piel para conseguirlo. Pero no contaba con que sus jugadores serían un grupo de niñas de nueve años. Además, Cameron Caldani, exportero y leyenda del fútbol, también está en el pueblo y su presencia allí es todo un misterio. Cam es el candidato perfecto para ayudarla, pero después de un primer encuentro un tanto accidentado, en los planes del futbolista de élite solo entra deshacerse de ella cueste lo que cueste.