Francine Thwaite has lived all her fifty-five years in her family’s ancestral home, a rambling Elizabethan manor in England’s Lake District. No other living soul resides there, but Francine isn’t alone. There are ghosts in Thwaite Manor, harmless and familiar. Most beloved is Bree, the mischievous ghost girl who has been Francine’s companion since childhood.
When Francine’s estranged sister, Madeleine, returns to the manor after years away, she brings with her a story that threatens everything Francine has always believed. It is a tale of cruelty and desperation, of terror and unbearable heartache. And as Francine learns more about the darkness in her family’s past—and the role she may have played in it—she realizes that confronting the truth may mean losing what she holds most dear.
A veces, lo más importante no es el viaje, sino a quién llevas de copiloto.
Todo el mundo tiene un ex. El de ADDIE es Dylan: hijo de familia adinerada, poeta de mirada intensa y manos cálidas... y la persona que le rompió el corazón. Tras dos años sin verlo, está segura de haberlo superado, pero el destino no opina lo mismo. De camino con su hermana a una boda en Escocia, un coche choca con ellas. El conductor es Dylan, que también va con su mejor amigo a la celebración. Y ahora, si quieren llegar a tiempo a la ceremonia, tendrán que viajar juntos.
Hace dos años, DYLAN cometió un error: dejó marchar a la única chica de la que se ha enamorado. Sin embargo, parece que tiene una segunda oportunidad para recuperarla y, esta vez, no se va a rendir: hará lo que haga falta para convencer a Addie de que el final de su historia juntos aún está por escribirse.
Rosanna Menici es muy joven cuando conoce a Roberto Rossini, el hombre que le cambiará la vida. En los años siguientes, sus destinos se verán entrelazados por sus extraordinarios talentos como cantantes de ópera y también por su incombustible pero obsesivo amor, un amor que acabará afectando las vidas de todos los que los rodean. Porque, como Rosanna descubrirá poco a poco, su unión está marcada por terribles secretos del pasado...
Desde las pintorescas calles de Nápoles hasta los deslumbrantes escenarios de los más prestigiosos teatros del mundo, el viaje de Rosanna es una emocionante historia de pasión, traición y autodescubrimiento.
La novela que inspiró la exitosa película Las normas de la casa de la sidra.
Esta novela cuenta la historia del doctor Wilbur Larch–santo varón y obstetra, eteradicto y abortista, director de un orfanato–y la de su huérfano favorito, Homer Wells, quien nunca consigue ser adoptado. El doctor Larch siente la obligación moral de liberar a las madres pobres de un embarazo no deseado, antes que admitir en su asilo a sus hijos abandonados. Homer Wells, a quien Larch quiere como a un hijo, al crecer se niega en cambio a «acabar con una vida humana». La novela es mucho más que un libro sobre el aborto, aun así tratado por Irving con un excepcional conocimiento histórico, médico, legal, filosófico y moral.
Este libro excepcional reúne la novela corta que le otorga su título y otros seis relatos más, de los que todos menos uno pertenecen a la etapa de plena madurez del autor. Fueron los años en los que Macondo le abrió las puertas del realismo mágico: la frase se hace más larga y caudalosa, la realidad se expresa mediante fórmulas mágicas y legendarias, los milagros se insertan en la vida cotidiana. La cándida Eréndira y su abuela desalmada personifican la inocencia y la maldad, el amor y su perversión, y el relato recuerda al mismo tiempo a las gestas medievales y a los cantos provenzales o trovadorescos, aunque, como siempre, inmersos en ese mundo denso y frutal del Caribe americano. Estas siete narraciones no son ejercicios para conservar un estilo, ni muchísimo menos, sino siete exploraciones en el mundo definitivo que el escritor había conquistado de una vez por todas.
«Eréndira estaba bañando a la abuela cuando empezó el viento de su desgracia. La enorme mansión de argamasa lunar, extraviada en la soledad del desierto, se estremeció hasta los estribos con la primera embestida. Pero Eréndira y la abuela estaban hechas a los riesgos de aquella naturaleza desatinada, y apenas si notaron el calibre del viento en el baño adornado de pavorreales repetidos y mosaicos pueriles de termas romanas.»
En Macondo transcurre la historia de un entierro imposible. Ha muerto un personaje extraño, un antiguo médico odiado por el pueblo, y un viejo coronel retirado, para cumplir una promesa, se ha empeñado en enterrarle ante la oposición de todo el pueblo y sus autoridades. Como en una tragedia griega -el libro lleva como lema una cita de Antígona que recuerda la prohibición de enterrar el cuerpo del Polinices-, el viejo coronel, su hija y su nieto van a cumplir la ominosa tarea. La acción, compuesta por la descripción de los preparativos para el entierro -una media hora- y los recuerdos de un cuarto de siglo de la historia de Macondo, de 1905 a 1928, se narra a través de los pensamientos de estos tres personajes.
«De pronto como si un remolino hubiera echado raíces en el centro del pueblo, llegó la compañía bananera perseguida por la hojarasca. Era una hojarasca revuelta, alborotada, formada por los desperdicios humanos y materiales de los otros pueblos: rastrojos de una guerra civil que cada vez parecía más remota e inverosímil. La hojarasca era implacable.»