Basil Hallward había terminado el retrato. El joven Dorian, al verlo, no pudo más que desear, desde su frívola inocencia, que fuera su imagen la que envejeciera y se corrompiera con el paso de los años mientras él permanecía intacto. Y así fue: a partir de entonces, Dorian Gray conservó no solo la lozanía y la hermosura propias de la juventud, sino el aspecto puro de los inocentes. Pero ¿a qué precio?
Molly Kimball y su madre, Nina, han vivido un momento complicado y necesitan pasar página, así que, cuando reciben una carta de la tía Violet desde Inglaterra pidiéndoles ayuda con la librería familiar, no dudan en hacer las maletas y trasladarse a Cambridge. Como primera medida para promocionar el negocio organizan un recital de poesía con Persephone Brightwell, antigua compañera de Violet. Pero lo que podría haber sido una velada perfecta se convierte en trágica cuando encuentran a una de las invitadas al acto muerta en el jardín. A la vez que trata de mantener a flote la librería, Molly hará lo posible por alejar las sospechas de su tía abuela, lo que la llevará a desentrañar una compleja trama de chantajes y mentiras sostenidas a lo largo de muchos años hasta ponerles punto final.
Amelia Peabody no es lo que se dice una dama victoriana al uso. Decidida y aventurera, al morir su padre y heredar una gran fortuna, decide embarcarse en un viaje por Europa, cuya primera escala es Roma. Allí rescata a Evelyn Barton-Forbes, la nieta de un conde caída en desgracia, y se la lleva consigo a Egipto. Juntas explorarán el país de los faraones y se incorporarán fascinadas a la misión arqueológica liderada por los hermanos Emerson. Encuentros inesperados, accidentes casi fatales y una momia que vuelve a la vida para sembrar el terror convierten una tranquila excavación en una trampa de la que solo la sagacidad y el arrojo de Amelia podrán salvarlos.
"Los días felices" es una pieza clave en el teatro de Beckett, que, continuando el proceso de depuración escénica de sus obras precedentes, presenta también características fundamentales de sus piezas posteriores. Winnie, torturada por una luz cegadora y semienterrada en un montículo calcinado, se arropa en un ritual de gestos cotidianos y encuentra siempre motivos, por insignificantes que éstos sean, para considerar sus días felices.
¿Qué relación hay entre un intento de suicidio fallido, una acusación de robo injusta contra una alumna y la vida sentimental de un famoso tenista?
Para un espectador común, aparentemente nada. Pero cuando se celebra una fiesta en Gull's Point, la casa costera de una anciana viuda, los acontecimientos anteriores alcanzan un punto dramático. Como descubre el superintendente Battle, todo forma parte de un plan cuidadosamente trazado? para cometer un asesinato.
Una obra insólita, auténtico estímulo para la lectura y uno de los grandes fenómenos de la edición francesa.
Pennac, profesor de literatura en un instituto, se propone una tarea tan simple como necesaria en nuestros días: que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que lea por placer, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. Todo ello escrito como un monólogo desenfadado, de una alegría y entusiasmo contagiosos: «En realidad, no es un libro de reflexión sobre la lectura», dice el autor, «sino una tentativa de reconciliación con el libro».
Este antimanual de literatura concluye con un decálogo no de los deberes, sino de los derechos imprescriptibles del lector (derecho a no terminar un libro, a releer... incluso a no leer).
«Pennac demuestra que se pueden escribir ensayos evitando toda jerga y toda pedantería» (Jacques Nerson, Le Figaro).