Del autor del best seller La niña alemana nos llega esta conmovedora novela en la que cuatro generaciones de mujeres experimentan amores, pérdidas, guerras y esperanzas en una historia que va desde el surgimiento del nazismo en Alemania hasta la Revolución cubana y la caída del Muro de Berlín.
Berlín, 1931: La joven poeta Ally Keller da a luz a solas a Lilith, una niña mestiza. Mientras los Nazis ascienden al poder, Ally sabe que debe mantener a su bebé oculta para protegerla de la ideología de la raza aria promovida por Hitler. Pero a medida que Lilith crece, cada vez resulta más difícil protegerla... Hasta que un día Ally decide poner en marcha un plan desesperado para enviar a su hija a un lugar seguro al otro lado del océano.
La Habana, 1958: Lilith, ya adulta, conserva pocos recuerdos de su madre o de su infancia en Alemania y, aunque ahora está muy ilusionada con su futuro al lado de Martín, un piloto cubano con fuertes lazos con el gobierno de Fulgencio Batista, al estallar la Revolución se encuentra en una encrucijada junto a su hija recién nacida, Nadine.
Berlín, 1988: Nadine se ha convertido en una científica que se dedica a velar por la dignidad de de quienes fueron asesinados por los Nazis. Sin embargo, lleva toda la vida sin afrontar la verdad sobre la historia de su familia. Será su hija, Luna, quien la animará a indagar sobre las decisiones que tomaron su madre y su abuela para asegurar su supervivencia. Además, Luna deberá aceptar una traición desconcertante que cambiará todo lo que creía saber sobre sus antepasados.
Cuatro mujeres de varias generaciones unidas por el sacrificio se embarcan en sus propios viajes de autodescubrimiento y se convierten en testimonios de la fuerza del amor materno.
Con nueve años, Halberstadt le dice a su mejor amigo que va a abandonar la Unión Soviética, a lo que este responde entristecido: "Ya no podrás morir por tu país". Años después, el autor indaga en el pasado para dar respuesta a sus miedos irracionales, bloqueos emocionales y pesadillas recurrentes. De Moscú a Ucrania, de Lituania a Nueva York, lo personal es indiscutiblemente político en una narración a la vez divertida y aterradora. Los recuerdos de su abuelo de la KGB, las migraciones de su familia judía, las peleas de sus padres en el Moscú de los 70 y, finalmente, su propia experiencia: la de un niño que crece a caballo entre el Tío Sam y la Madre Patria, que carga con el miedo de tres generaciones, y que encuentra la forma de vengarlos de la mejor manera posible: viviendo y recordando.
2014. Rusia ha invadido la región ucrania del Donbás. En medio de la destrucción causada por la guerra, Pasha, un maestro de treinta y cinco años, busca a su sobrino de trece que ha quedado atrapado en un orfanato al otro lado del frente de guerra. Pasha se ve obligado a aventurarse en zonas de combate, atravesar fronteras cambiantes y forjar alianzas incómodas por el camino en un espacio donde la vida civil se ha derrumbado. Y se da cuenta de dónde están sus verdaderas lealtades en una lucha cada vez más desesperada por rescatar a su sobrino Sasha y llevarlo a casa.
Nueva Delhi, invierno, 3 de la madrugada. Un Mercedes que circula a toda velocidad invade la acera, atropellando y matando a cinco personas. Es el vehículo de un millonario, pero al volante solo encuentran a un criado en estado de conmoción, incapaz de explicar cómo o por qué ha cometido este crimen. Y tampoco puede prever el oscuro drama que está a punto de desencadenarse.
Entre mansiones lujosas, negocios depredadores y tramas políticas, tres vidas se entrelazan peligrosamente: Sunny es el rico heredero, un playboy que sueña con eclipsar a su padre; Ajay es su criado y hombre para todo; y Neda es la periodista inquisitiva que se debate entre su ética y sus deseos. Frente a una trama arrolladora alimentada por el placer, la codicia, la violencia y la venganza, estos tres personajes se encuentran atados entre sí por unos lazos que pueden servirles de redención o destruirlos para siempre.
Al joven agente Jack Laidlaw no le gusta trabajar en equipo, pero tiene un sexto sentido para lo que ocurre en las calles. Su jefe atribuye la violencia a las rivalidades de siempre, pero ¿es así de sencillo? Cuando se inicia la guerra entre dos bandas de Glasgow, Laidlaw necesita averiguar quién eliminó al abogado Bobby Carter antes de que toda la ciudad estalle.
Alguien quiere morir. Ya no es joven, y se pregunta para qué otro día más, por muy privilegiada, divertida y amable que aún sea su vida. Alguien quiere amar. No sabe con certeza si le corresponden, si sus sentimientos serán entendidos, si tiene siquiera derecho a expresarlos. Alguien viaja. Visita ciudades, playas, bares, fiestas exóticas, cabañas al borde del agua donde pasar la noche bebiendo y riendo. Alguien ilustra unos libros preciosos y alguien se ocupa de editarlos. Trabajan sin prisas, con admiración mutua, con cierta sensación decadente de existir en un mundo que desaparece. Alguien ha tenido un grave problema de salud, se levanta despacio, se tienta la ropa y decide aprovechar la segunda oportunidad. Alguien gusta, despierta deseo, está siempre de paso en la vida de los demás, sonríe, paga la cena. Alguien es el mejor amigo y la persona favorita de otro. Alguien quiere morir.
Ray Loriga narra los abismos de estos personajes, y compone una sinfonía sobre la amistad, el amor y el final de la juventud.
La vida tiende a ser así: una gota, una gota, una gota, una gota, y luego nos preguntamos, perplejos, cómo es que estamos empapados.
Estela deja a su madre en el sur para trabajar en la casa de una familia en Santiago de Chile y allí se queda los siguientes siete años, limpiando y criando a una niña acosada por la ansiedad, cuya muerte conocemos al comienzo de la novela.
Como en una tragedia griega, la tensión crece en cada página, con cada personaje o elemento: la perra callejera, las ratas, la confesión inconfesable del «señor», la aparición de Carlos, el veneno, la pistola, hasta un desenlace tan poderoso como inevitable.
Karl Marx dejó tras de sí un impresionante legado teórico y una descendencia extensa. Dejó también un vástago adicional, hijo de la criada de la casa, al que nunca quiso reconocer y que entregó a su compañero, Engels. A través de otra hija bastarda de Marx, fruto de la aventura con una aristócrata rusa, Clara Obligado retrata toda una educación amorosa y sexual —no hay variante que no encuentre su preciso y sugerente relato—, y conforma el fresco detallado de una época espléndida. ¿Y si la aristocracia rusa en el exilio, en lugar de hacer la revolución política, hubiera iniciado una revolución sexual? ¿Y si la Historia, en lugar de contarse en masculino, se hubiera contado en femenino?
La hija de Marx es un prodigio literario lleno de imaginación, documentación rigurosa (modelos de consoladores incluidos), erotismo e ironía; una crónica aguda y suntuosa de los destinos de aquellas mujeres que rodearon a los revolucionarios, utopistas y reformadores del cambio de siglo.
Una apasionante historia de traiciones privadas y públicas, de tensiones familiares que abarcan a toda una sociedad.
Cuando el periodista Gabriel Santoro publicó su primer libro, no pensó que la crítica más destructiva fuera a ser escrita por su propio padre. El tema de su libro parecía inofensivo: la vida de una mujer alemana que llegó a Colombia poco antes de la Segunda Guerra. Pero el padre de Santoro se sintió traicionado. ¿Por qué? En el libro hay algo que Santoro no había previsto. Entre las frases se esconde un secreto.
Ahora Santoro ha empezado a descubrir cuál es. Mientras se interna en el corazón de la vida de su padre, mientras revela los secretos del presente, otras cosas irán saliendo a la luz: las formas en que la guerra que ocurría al otro lado del mar invadió la vida de quienes estaban de este lado; los sucesos de la década de los cuarenta, que en Colombia «destruyeron familias, trastocaron vidas, arruinaron destinos», etc.