Una novela torrencial sobre la España negra que nunca se borró de la conciencia literaria de Camilo José Cela
Primera novela publicada por Camilo José Cela después de que le concedieran el premio Nobel de Literatura en 1989, El asesinato del perdedor tiene por hilo conductor el acoso del que un juez hace objeto a una pareja a la que descubrió besándose y magreándose en un local público. Ese planteamiento en apariencia sencillo da pie a un incontenible torrente de anécdotas, diálogos escacharrantes y cruces de personajes reales y ficticios, en el que la prosa siempre magistral de Cela, en plena madurez, despliega su personalísima cifra de humor, procacidad, lirismo, barbarie y sabiduría, obligando al lector a revisar todos sus prejuicios sobre el género.
Sir Stafford Nye vuela desde Malasia a Londres. Pero el viaje se ve alterado cuando una joven le confiesa que alguien intenta matarla. En un momento de debilidad, Sir Stafford le presta su pasaporte. Sin saberlo, el diplomático acaba de poner en riesgo su vida.
Cuando vuelve a encontrarse con la mujer misteriosa, ella es una persona distinta, y él se ve arrastrado a una batalla contra un enemigo invisible y verdaderamente peligroso.
Seis personas están sentadas en la mesa de un lujoso restaurante. Una de las sillas está vacía. Ante la silla vacía hay un ramillete de romero en recuerdo de Rosemary Burton, fallecida en el mismo restaurante hace exactamente un año. Es poco probable, no obstante, que alguien haya olvidado la noche en que Rosemary murió en esa misma mesa, con el rostro azulado y descompuesto por el dolor. ¿Fue un suicidio o un asesinato? Sólo cuando el coronel Race aparece en escena la verdad empieza a aflorar.
Una de las historias más personales de Isabel Allende, repleta de emoción, amor y segundas oportunidades.
Isabel Allende parte de la célebre cita de Albert Camus -«en medio del invierno aprendí por fin que había en mí un verano invencible»- para urdir una trama que presenta la geografía humana de unos personajes propios de la América de hoy que se hallan «en el más profundo invierno de sus vidas»: una chilena, una joven guatemalteca ilegal y un maduro norteamericano. Los tres sobreviven a un terrible temporal de nieve que cae en pleno invierno sobre Nueva York y acaban aprendiendo que más allá del invierno hay sitio para el amor inesperado y para el verano invencible que siempre ofrece la vida cuando menos se espera.
Más allá del invierno es una de las historias más personales de Isabel Allende: una obra absolutamente actual que aborda la realidad de la emigración y la identidad de la América de hoy a través de unos personajes que encuentran la esperanza en el amor y en las segundas oportunidades.
El asesinato de Roger Ackroyd rompió todas las reglas de la novela policíaca y convirtió a Agatha Christie en un nombre reconocible.
Roger Ackroyd sabe demasiado. Sabe que la mujer que ama envenenó a su brutal primer marido. También sospecha que alguien la ha estado chantajeando. Ahora, trágicamente, le llega la noticia de que se ha quitado la vida con una sobredosis de drogas.
Pero el correo de la tarde trae a Roger una última y fatal información, que puede aportar alguna luz sobre la identidad del chantajista. Por desgracia, antes de que pueda terminar de leerla, es apuñalado por la espalda hasta morir.
Si usted no sabe nada de este libro le damos dos consejos: no comentarlo con nadie, y leerlo a toda velocidad, ya que contiene una de las mayores sorpresas de la historia de la novela negra.
Un western experimental sobre el célebre duelo en el O.K. corral que retrata con sostenido brío un mundo de personajes sumidos en la violencia.
El célebre y legendario duelo de O.K. corral, en la localidad de Tombstone (Arizona), inmortalizado en decenas de películas, sirve de pretexto a Cela para escribir, contra todo pronóstico, un particularísimo western que se cuenta entre sus novelas más portentosas. El monólogo alucinado de Wendell Espana, un hombre sin apenas cultura en cuya memoria pululan infinidad de personajes y anécdotas, se traduce en una letanía de enormidades, llena de salvajismo, de violencia, de sexo, de bestialidad, en la que, sin renunciar nunca al humor, Cela da rienda suelta a su vena más transgresora y formalmente más extrema.