La Soledad mira impotente el desamparo y desmoronamiento en el que la gente y las relaciones van cayendo. Reflejo del ecocidio, del trueque tramposo entre «humanidad» e inteligencia artificial, de las familias frágiles y de una infancia diluida, esta finca será testigo del dolor y la angustia de Antonia. Sintiéndose intelectual y físicamente inferior a todos, ella creerá, por momentos, que hay salidas luminosas. A veces, gracias a la literatura; en ocasiones, en la complicidad con otros igual de rotos que ella. Pero el ir y venir entre el rechazo y la indiferencia de su madre será su constante y obligada vuelta a la realidad. Eso y la atmósfera contaminada por el poder, la corrupción, las adicciones y las enfermedades futuras que ya se van instalando en su joven cuerpo. Sabe que está, estuvo y seguirá estando sola..., salvo, quizá, por la permanente presencia del narrador, esa voz del futuro y del pasado, intrusiva, a veces divertida y siempre trágica, que no tiene ningún tipo de concesión. Ni con ella, ni con el lector.
Conocido sobre todo por su labor fabuladora, que dio obras de la importancia de "La montaña mágica", "Los Buddenbrook" o "La muerte en Venecia" entre otras, la celebridad de Thomas Mann (1875-1955), así como su indiscutible talla intelectual, llevaron a menudo a que fuera solicitado como ensayista y conferenciante. Schopenhauer, Nietzsche, Freud reúne cinco textos fruto de esta actividad, en los que, en palabras de Andrés Sánchez Pascual -traductor y presentador del volumen- Mann traza un balance muy personal de su trato con la obra de estas tres grandes figuras que influyeron de modo decisivo en su creación novelística. Reducidos normalmente en su extensión en cada una de las ocasiones en que fueron expuestos, los ensayos se ofrecen aquí en su versión íntegra.
En un país muy lejano, hace mucho tiempo, cuando los dragones todavía existían y el único videojuego era el ping-pong en blanco y negro, un mago entró con cautela en una taberna cargada de humo, en la antigua, maligna y neblinosa ciudad de Morpork...
Una colección imprescindible de veinte relatos cortos, escritos bajo pseudónimo para diversos periódicos en los setenta y los ochenta, del premiado y exitoso escritor de la saga Mundodisco. Estos textos, aunque no están ambientados en el mundo literario más famoso y querido de Pratchett, sí contienen un valioso esbozo de lo que sería la mayor creación del autor, así como su ingenio característico, sus enseñanzas satíricas y su fantástica imaginación.
Richard Bone es un bala perdida bien parecido que malvive como gigoló en Santa Barbara. Sin residencia fija, suele dormir en el sofá de su amigo Alex Cutter, un veterano de Vietnam tullido, trastornado y explosivo a quien Mo, su esposa, se resiste a abandonar. Sin otro horizonte que el de beberse el próximo cheque de la pensión de invalidez, el naufragio de Bone, Cutter y Mo parece irreversible, hasta que una madrugada, volviendo a casa de la pareja, Bone sorprende deshaciéndose de un cadáver a un individuo que se parece vagamente al magnate J. J. Wolfe. La mera posibilidad de que Wolfe haya cometido el crimen espolea la mente paranoica de Cutter, que no tarda en idear un plan para extorsionar al multimillonario. Pese a su incredulidad, Bone va cediendo a la presión de su amigo tullido y se deja arrastrar en una carrera enloquecida hacia el oro de Wolfe, convencido sin embargo de que el asunto no es más que una quimera fabricada por la imaginación del atormentado Cutter. Pero, ¿y si fuera verdad? Publicada por primera vez en 1976 e inédita hasta ahora en castellano, "Cutter y Bone" es considerada, junto con "Dog Soldiers" de Robert Stone, una de las mejores novelas sobre los fantasmas de la sociedad norteamericana post Vietnam.
A diferencia de su hermano Boyd, Virgil Caudill nunca se ha metido en problemas. Trabaja como basurero y solo aspira a comprar la vieja cabaña de su padre y a casarse con su novia del instituto. Sin embargo, su vida da un vuelco cuando Boyd es asesinado. El código no escrito entre la gente de los cerros de Kentucky establece que los Caudill deben vengarse, y todo el mundo ―incluso el sheriff― espera que Virgil actúe. Agobiado por la situación y las consecuencias de una elección imposible, Virgil decide huir a Montana, donde conocerá a un inquietante grupo de gente armada que no acata las leyes ni paga impuestos. Publicada originalmente en 1997, la primera novela de Chris Offutt explora la necesidad que tenemos de pertenecer a un lugar y una comunidad.
Este volumen reúne toda la narrativa breve de la autora que insufló vida a las inquietudes universales de la existencia cotidiana o los eternos interrogantes de la condición del ser humano. Autora de brillantes y personalísimos relatos que figuran entre los más emblemáticos de la literatura brasileña, Clarice Lispector está unánimemente considerada como una de las más importantes voces del siglo XX. Su figura y su legado irradian hoy en día el mismo magnetismo que ha conseguido cautivar a los lectores de todo el mundo desde que apareciera publicado su primer libro.
Todas las cartas reúne la correspondencia de Clarice Lispector a lo largo de toda su vida. La autora vivió casi dos décadas en el extranjero, por lo que mantuvo una larga y fructífera correspondencia con sus círculos intelectuales y familiares. Esta recopilación constituye un corpus fundamental para comprender su trayectoria personal y literaria.
El material, organizado por décadas —de 1940 a 1970—, va acompañado de notas que lo contextualizan en términos de tiempo y lugar, que además incluyen sustanciosas referencias culturales. Con gran cantidad de material inédito, fruto de una minuciosa investigación, este volumen ofrece una visión panorámica tanto de la persona como de la escritora.
«Mamá se ha muerto hoy. O puede que ayer, no lo sé.»
Publicada originalmente en 1942, El extranjero es la primera novela de Albert Camus y una de sus obras más emblemáticas. Ahora con nueva traducción al español de María Teresa Gallego Urrutia y Amaya García Gallego, este libro capital para la cultura del siglo XX transcurre en Argelia y narra la anodina vida de Meursault, un joven oficinista que vive en perpetua apatía. Cuando recibe la noticia del fallecimiento de su madre, la encaja con la mayor impasibilidad. Obligado a abandonar la capital y viajar para asistir al funeral, Meursault desea que la ceremonia sea breve para regresar a su casa. Esa indiferencia existencial marca sus días, avanzando sin reaccionar a la muerte de su madre, al afecto de su amada y ni tan siquiera a un crimen que cometerá con idéntica desidia, incapaz de ver el alcance moral de sus actos.
Camus retrata magistralmente la indolencia del hombre del siglo XX, un hombre que no encuentra su lugar, extranjero en su propio mundo. Este personaje escéptico y desapasionado que ha abandonado su condición de sujeto autónomo sigue siendo hoy un imprescindible referente literario y existencial.
García Márquez traza la historia de un amor que no ha sido correspondido por medio siglo. Aunque nunca parece estar propiamente contenido, el amor fluye a través de la novela de mil maneras: alegre, melancólico, enriquecedor, siempre sorprendente.
«La de don Gabriel es una sombra que ilumina. Y sigue presente [...] porque es un tipo que nos pertenece todos, porque es un clásico.»
Darío Jaramillo
La historia de amor entre Fermina Daza y Florentino Ariza, en el escenario de un pueblecito portuario del Caribe y a lo largo de más de sesenta años, podría parecer un melodrama de amantes contrariados que al final vencen por la gracia del tiempo y la fuerza de sus propios sentimientos, ya que García Márquez se complace en utilizar los más clásicos recursos de los folletines tradiciones. Pero este tiempo -por una vez sucesivo, y no circular-, este escenario y estos personajes son como una mezcla tropical de plantas y arcilla que la mano del maestro moldea y con las que fantasea a su placer, para al final ir a desembocar en los territorios del mito y la leyenda. Los jugos, olores y sabores del trópico alimentan una prosa alucinatoria que en esta ocasión llega al puerto oscilante del final feliz.
«Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados. El doctor Juvenal Urbino lo percibió desde que entró en la casa todavía en penumbras, adonde había acudido de urgencia a ocuparse de un caso que para él había dejado de ser urgente desde hacía muchos años. El refugiado antillano Jeremiah de Saint-Amour, inválido de guerra, fotógrafo de niños y su adversario de ajedrez más compasivo, se había puesto a salvo de los tormentos de la memoria con un sahumerio de cianuro de oro.
Encontró el cadáver cubierto con una manta en el catre de campaña donde había dormido siempre, cerca de un taburete con la cubeta que había servido para vaporizar el veneno.»