Now and then, language would thrust its way into her sleep like a skewer through meat, startling her awake several times a night."
In a classroom in Seoul, a young woman watches her Greek language teacher at the blackboard. She tries to speak but has lost her voice. Her teacher finds himself drawn to the silent woman, for day by day he is losing his sight.
Soon the two discover a deeper pain binds them together. For her, in the space of just a few months, she has lost both her mother and the custody battle for her nine-year-old son. For him, it's the pain of growing up between Korea and Germany, being torn between two cultures and languages, and the fear of losing his independence.
he’s out for adventure. He’s out for blood.
Tess Rosenbloom is no stranger to the dark. An assault survivor and grad school dropout, Tess spends her nights managing a chic Brooklyn hotel and her days reading her favorite vampire novels, Blood Feud. She even dabbles in online conspiracies claiming Blood Feud is real—it’s fun to hunt for clues! But deep down, Tess doesn’t believe vampires actually exist . . . until one walks through her door.
It turns out the sexy villain of Blood Feud is trapped, and only Tess can rescue him. Eager to escape her life, Tess agrees to help, and soon she’s on a secret island where the sun never shines, surrounded by deadly vampires—and most terrifying of all, she's falling in love with one of them. (Meanwhile, back in New York, Tess’s estranged best friend is having a sapphic paranormal affair of her own.)
Es el año 2500. El periodista Ulises, junto al profesor Antelle y a su alumno Arturo Levain, se embarca en una expedición hacia el sistema solar más cercano para tratar de resolver la pregunta más antigua de la humanidad: ¿hay vida en las estrellas?
Su viaje les lleva a Soror, planeta muy parecido a la Tierra. Pero lo que encuentran allí es completamente distinto a lo que conocen: aunque hay humanos, en Soror viven como animales, cazados o como esclavos de los simios, quienes gobiernan ese mundo. Y cuando estos los capturan, será Ulises quien tenga que demostrar su humanidad para poder conseguir la libertad...
Cuando los padres de Yusuf, de doce años, le dicen que vivirá con su tío Aziz durante una temporada, el chico se muestra entusiasmado. Pero lo que Yusuf no sabe es que su padre lo ha empeñado para saldar una deuda imposible de pagar, ni tampoco que Aziz no es pariente suyo, sino un rico y acaudalado comerciante con el que viajará por África central y las riberas del Congo en vísperas de la primera guerra mundial.
A través de los ojos de ese chiquillo descubriremos una naturaleza exuberante y hostil, poblada de tribus despiadadas e invasores desalmados, en la que una vida humana vale tanto como unas cuantas gotas de agua.
Mónica entrena perros para la Policía Nacional, aunque siempre ha querido ser detective, y debe lidiar con una madre que llama permanentemente su atención. A raíz de la extraña muerte del paseador de perros del barrio, se encargará de investigar qué sucedió recuperando el contacto con su grupo de amigas de la infancia, ya que sospecha que sus madres ocultan algo. Se hacían llamar «las malas hijas» porque no consiguen sentirse lo suficientemente buenas: una actúa como madre de su propia madre; otra se sintió abandonada por su progenitora; otra nunca ha escuchado que esté orgullosa de ella...
Situado en un barrio londinense de inmigrantes, el inmenso fresco humano que dibuja la autora tiene como epicentro las familias de Archie Jones y Samad Iqbal, dos ex combatientes de la Segunda Guerra Mundial que vuelven a encontrarse después de treinta años sin verse. Archie está casado con una jamaicana exuberante y Samad con Alsana, bengalí como él, y con las ideas muy claras. Pero lo más preocupante no es estar casados con mujeres jóvenes de carácter endemoniado, ni la falta de dinero, ni las secuelas de la guerra; no, la prueba más dura es la relación con sus hijos, que a la hora de llevar a cabo los proyectos fracasados de sus padres se rebelan: se rebelan contra el racismo británico, contra su propia clase social, incluso contra su barrio, sus orígenes, y su historia. Así, cada uno a su manera, son la prueba viviente de lo difícil que resulta escapar de un destino trazado de antemano.