Amor, reconciliación, perdón y ternura. La tercera entrega de El juego perfecto te robará el corazón por completo.
Blanca y Cam se quisieron como nadie, pero, en ocasiones, amar demasiado no es sinónimo de amar para siempre. Han pasado los años y, aunque siempre han estado pendientes el uno del otro, no se dirigen la palabra. Eso cambia cuando Cam sufre un gravísimo accidente y Blanca siente que no puede estar alejada de él. Ella desea su recuperación más que nada en el mundo. Juntos llegarán no solo a sanar las heridas abiertas, sino a cerrar las de un pasado que ninguno de los dos ha logrado olvidar. ¿Podrán darse una nueva oportunidad y dejar de fingir que no se aman?
Dos meses después de la muerte de Jonas, Lena, fotógrafa profesional, reúne el valor necesario para cumplir la última voluntad de su marido: esparcir sus cenizas en los campos de lavanda del corazón de la Alcarria. Allí se reúne con el grupo de amigos de Jonas, entre ellos Daniel, su primo hermano, un sacerdote con el que comparte los sentimientos de amor y pérdida, y que guarda para sí muchos silencios.
Sin embargo, igual que se heredan los afectos, se heredan también los odios. Lena deberá lidiar con la presencia amenazante de su cuñado Marco, un hombre envidioso y mezquino que no está dispuesto a respetar su duelo. Coincidiendo con el Festival de la Lavanda, recordará su historia de amor con Jonas y todo lo que se llevó consigo, reforzará lazos de amistad y desvelará secretos familiares escondidos durante demasiado tiempo.
Una poderosa historia de valentía, ambición y amor, que nos transporta de la difícil época de la Segunda Guerra Mundial al lujo del Upper East Side de Manhattan en los años posteriores.
Abril de 1945. Tras la liberación del campo de concentración de Buchenwald, entre los supervivientes están Jakob y Emmanuelle, una pareja de jóvenes. Lo han perdido todo en los horrores de la guerra, pero cuando se conocen encuentran la esperanza y el consuelo mutuos que necesitaban. Deciden casarse y empezar una vida nueva en Nueva York, donde construyen una vida próspera y una familia feliz. Sin embargo, el pasado siempre proyecta su sombra en el presente.
Años más tarde, en pleno auge de los sesenta, su hijo Max, un ambicioso y espabilado hombre de negocios, está decidido a librarse de la tristeza que siempre ha pesado en su familia. Pero a medida que Max vaya madurando, aprenderá que las penurias que marcaron el pasado familiar son las que le ayudarán a forjar su futuro.
La vida de Lydia da un vuelco cuando Freddie, su alma gemela y su pareja desde hace más de diez años, muere. Lydia sabe que Freddie habría querido que siguiera adelante y viviera al máximo, así que, con la ayuda de su mejor amigo, Jonah, y su hermana, Elle, decide abrirse de nuevo al mundo (y tal vez, al amor).
Pero entonces sucede algo increíble: Lydia tiene la oportunidad de volver atrás y seguir viviendo junto a Freddie. La elección parece sencilla, pero ¿qué pasa si en su nueva vida hay alguien que también la quiere a su lado?
Lydia deberá elegir entre dos vidas, entre dos amores; entre evadirse del dolor de la pérdida o acoger las nuevas oportunidades que le brinda el destino para volver a ser feliz.
Rachel es una entusiasta consumidora de drogas «recreativas». Según ella, no por adicción sino por pasatiempo. Al fin y al cabo, hoy día, ¿quién no toma de vez en cuando un ácido, una raya o unas pocas pastillas? ¿Qué mejor para olvidar las tensiones del trabajo y disfrutar un rato de la vida?
Pero, en una de esas, se le va la mano, y tras una noche de excesos se atiborra de tranquilizantes para dormir a pierna suelta y empezar fresca una nueva jornada laboral. Para su sorpresa, a la mañana siguiente no despierta en su habitación sino en la cama de un hospital, después de un lavado de estómago y a punto para ingresar una temporada en una peculiar clínica de rehabilitación...
Nunca he creído en el horóscopo. ¿Sabéis por qué? Porque te dice que estás viviendo un periodo favorable, te da tres estrellas en salud, dinero y amor y, sin embargo, tú te sientes como un trapo viejo, tu vida sentimental es un desastre y tu trabajo pende de un hilo.
¡Bienvenidas al club de las desdichadas intergalácticas!
Me llamo Alice y hasta hace unos meses mi autoestima estaba por los suelos. Mi ex estaba a punto de ser padre y por la cadena de televisión en la que trabajo acababa de aparecer un nuevo jefe con una sonrisa imposiblemente sexy y el apodo de «el cortador de cabezas». Lo último que necesitaba.
Entonces a mi vida llego Tio, mi entrenador astrológico personal, para convencerme de que mis problemas no eran debidos a un complot cósmico sino a la posición de los planetas en mi carta astral. Así que lo único que podía hacer era ponerme en sus manos y averiguar qué sorpresas me tenían reservadas las estrellas.
Y os aseguro que lo que descubrí fue mucho más que eso porque, quizá, cuando se trata de amor... el destino no está escrito en el cielo.