Seis mujeres, vecinas de un mismo bloque, están a la espera de algo. Cada una aguarda cosas distintas, pero para todas se trata de una espera relacionada con lo sentimental. En el 1.° B vive desde hace dos semanas Amelia, una periodista de veintinueve años con trabajo y pareja. Su vida da un giro radical cuando la despiden y su novio decide irse a trabajar una temporada a Washington. En plena crisis vital, Amelia conoce a sus nuevas vecinas. Juntas ponen en marcha una tertulia de radio en la azotea del edificio para contarse su día a día al tiempo que intentan ayudar a Agustina, la mayor de todas ellas, a recuperar su casa de toda la vida.
Los Voss no son una familia normal: para empezar, viven en una iglesia reutilizada. La madre, que años atrás tuvo cáncer, vive en el sótano; el padre está casado con la antigua enfermera de la madre; el pequeño medio hermano no tiene permitido hacer o comer nada divertido; y los hermanos mayores son irritantemente perfectos. Y luego está Merit.
Merit Voss colecciona trofeos que no ha ganado y secretos que su familia la obliga a guardar. Mientras navega por la tienda de antigüedades local en busca de su próximo trofeo, se encuentra a Sagan. Su conexión es inmediata hasta que descubre que él está completamente fuera de su alcance. Merit se encierra profundamente en sí misma, observando a su familia desde la distancia, cuando descubre un secreto que ningún trofeo en el mundo puede arreglar.
«Feliz aniversario, doctor. Bienvenido al primer día de su muerte.»
Así comienza el anónimo que recibe el psicoanalista Frederick Starks, y que le obliga a emplear toda su astucia y rapidez para, en quince días, averiguar quién es el autor de esa amenazadora misiva que promete hacerle la vida imposible.
De no conseguir su objetivo, deberá elegir entre suicidarse o ser testigo de cómo, uno tras otro, sus familiares y conocidos mueren por obra de un psicópata decidido a llevar hasta el final su sed de venganza.
Dando un inesperado giro a la relación entre médico y paciente, John Katzenbach nos ofrece una novela emblemática del mejor suspense psicológico. Con casi 200.000 ejemplares vendidos en Espanña, El psicoanalista es la novela que lanzó a la fama a John Katzenbach.
La novela narra la historia de Tita de la Garza a manera de recetario, donde cada capítulo es una receta que relata las aventuras de la protagonista en una casa donde la tradición la obliga a quedarse a cuidar a su madre, y por lo tanto, sin poderse casar nunca.
Tita, excelente cocinera, expresa su enojo y rebeldía a través de sus recetas, creando situaciones extraordinarias que involucrarán también a los demás miembros de su familia. Al final, todos estos acontecimientos provocarán que se enciendan «todos los cerillos que llevamos en nuestro interior de un solo golpe».
Mayo de 1980. La ciudad de Gwangju se moviliza contra la dictadura militar de Chun Doo-hwan, que hace unos meses tomó el poder en Corea del Sur. La oposición civil, liderada por los estudiantes universitarios, se subleva a favor de la democracia, pero el ejército reprime cruelmente las protestas disparando indiscriminadamente a la multitud, sin hacer distinciones entre estudiantes y civiles.
Tras la sanguinaria matanza, un joven busca el cadáver de un amigo, un alma intenta aferrarse a su cuerpo abandonado y a sus recuerdos, y un país brutalizado busca su voz. En esta novela polifónica, las víctimas y los supervivientes que los lloran se enfrentan a la censura, a la negación, al perdón, a la culpa y a la memoria de un episodio traumático que sigue resonando en nuestros días.
Han Kang, galardonada con el premio Nobel de Literatura «por su intensa prosa poética que confronta los traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana», homenajea a las víctimas de la masacre de su ciudad natal a través de las voces de los mártires de la dictadura surcoreana. Actos humanos es una novela brutal, profundamente atemporal y universal que nos habla de las heridas colectivas, la represión y la violencia humana.
No pudo evitar preguntarse por qué el asesino de sus padres la quería viva. Y si eso no era una razón suficiente para desear estar muerta.
Cuando la mañana del 10 de agosto del año 30 a.C. la reina egipcia Cleopatra es encontrada muerta por la guarnición romana encargada de custodiarla para llevarla a Roma para el desfile triunfal de Octavio, la cólera de los romanos recae sobre sus dos hijos mellizos, Cleopatra Selene (Luna) y Alejandro Helios (Sol), de apenas diez años. Son acusados de haber ayudado a su madre a darse muerte, escatimando así el golpe de efecto que hubiese tenido la presencia de la orgullosa egipcia encadenada por las calles de Roma. Los mellizos, juntos con su hermano menor, Ptolomeo Filadelfo, son apresados y llevados a la península itálica. Son los hijos de la reina vencida y del triunviro Marco Antonio, que se ha suicidado también ante la victoria de Octavio.
Los niños llegan horrorizados a Roma en compañía de su tutor y son obligados a desfilar encadenados ante el carro de Octavio, el futuro emperador Augusto, pero su corta edad despierta la compasión del pueblo romano. En la creencia de que quizá puedan serle útiles en el futuro, Octavio accede a perdonarles la vida y ponerlos bajo la tutela de Octavia, su hermana y la legítima esposa de Marco Antonio, la mujer a la que abandonó para unirse a Cleopatra.
Si bien William Carlos Williams debe gran parte de su reconocimiento a la poesía, en la que introdujo conceptos novedosos como el «pie variable» y con la que trató de aprehender un habla típicamente americana en contraposición al inglés europeo, destacó también de manera importante por sus relatos en prosa. Williams, que ejerció durante toda su vida como médico de cabecera y pediatra —ejercía de día y escribía de noche hasta caer rendido—, dedicó un buen número de historias a su profesión y plasmó una sentida y conmovedora semblanza de los hombres y mujeres corrientes. Tanto por su ocupación como por su penetración psicológica y su interés en el ciudadano de a pie y el campesino, a menudo se ha comparado a Williams con Antón Chéjov. Gran impulsor del uso del habla coloquial en su narrativa, sus aportaciones al diálogo interior y el flujo de conciencia lo situaron en la vanguardia literaria de la primera mitad del siglo XX. Pero hoy son el sustrato íntimo de sus personajes y la insondable honestidad de su mirada los que, unidos a su estilo conciso y sugerente, nutrido de imágenes imborrables, lo han convertido en un clásico y en un autor poderosamente vivo para los cánones contemporáneos.
Tokyo. Fragmentos es la primera obra que se publica en España de Leopold Federmair, escritor y traductor austriaco nacido en 1957 y que desde 2002 reside en Japón. En este libro, estructurado como un paseo literario por el Japón contemporáneo, visitamos a Kenzaburo Oé, vamos al cine, entramos en hoteles, tiendas, bares o en el hospital en el que han ingresado a Mayuko, la hija del autor, viajamos en tren, paseamos por parques o por zonas residenciales, y también encontramos comentarios sobre literatura y música o reflexiones sobre el sistema educativo, el urbanismo o la cultura de Japón. Como señala en su epílogo Daniel F. Hübner, profesor de la Universidad de Zaragoza, «todo ello tiene cabida aquí, en este paseo que adquiere rango de género literario en cuanto permite dotar de unidad a los diversos fragmentos en los que a modo de capítulos se encuentra dividido el libro». Pero, tal como apunta asimismo el profesor Hübner, «este libro no solo ofrece a sus lectores un fascinante recorrido por los múltiples fragmentos en los que se descompone la caleidoscópica realidad del Japón contemporáneo. Su interés radica también en lo que revela de la persona —o del personaje— que está presente en estas páginas, ese paseante que observa una ciudad y sus gentes con la inocente sabiduría de una niña y el amplio bagaje de vivencias y referencias culturales de un escritor cosmopolita en plena madurez creadora.
«Ninguna otra época ha estado tan marcada por el deseo de cambiar de vida. En algún momento de nuestra existencia todos queremos ser otra persona».
A sus cuarenta años, porciado y padre de un adolescente al que apenas ve, Éric Kherson es director comercial de una gran marca deportiva. A pesar de su éxito laboral, se encuentra al borde de la depresión, consumido por un drama familiar. Cuando una vieja amiga del instituto le ofrece un puesto en el gobierno, él acepta. Pero la alegría es temporal. Durante un viaje a Seúl para cerrar un importante trato, Éric se va encontrando cada vez peor. De repente, en una calle cualquiera, se topa con la tienda Happy Life, que ofrece a sus clientes algo que podría cambiarlo todo: un funeral falso.