No puedes alterar tu destino...
Nacida en un pequeño pueblo de la campiña de Yorkshire, en Inglaterra, Leah Thompson crece para convertirse en una joven de belleza deslumbrante. Y cuando capta la atención de la influyente pero conflictiva familia Delancey sabe que su vida nunca volverá a ser la misma.
Años más tarde, Leah se ha convertido en la supermodelo más cotizada del mundo, con constantes viajes a Milán, Londres y Nueva York rodeada de lujo y glamour. Pero su pasado la persigue como una oscura sombra, misteriosamente entrelazado con la trágica historia de dos hermanos en la Polonia de la Segunda Guerra Mundial.
Mientras dos generaciones de secretos amenazan con estallar, Leah se siente atrapada por una olvidada y terrible profecía de sus pasado. Y deberá desafiar al destino que las estrellas han trazado para ella...
Cuando Breen era pequeña, su padre solía contarle historias de lugares increíbles. Pero ahora ya no tiene tiempo para cuentos, es una veinteañera ahogada en deudas y atrapada en un trabajo que detesta. Sin embargo, su vida da un giro inesperado cuando descubre que su madre le ha estado ocultando una cuenta bancaria en la que su padre, que se marchó cuando ella tenía doce años, ha estado ingresándole dinero. Ahora, tiene una fortuna.
Decidida a encontrarse a sí misma en sus raíces, Breen viaja a Irlanda. Pero la Isla Esmeralda tiene reservado para ella un destino más grande de lo que jamás podría haber imaginado... y, en un bosque de Galway, Breen se encuentra con un mundo lleno de magia, una familia que no esperaba y un amor legendario.
Una historia épica sobre el amor que todo lo vence, la amistad y la familia.
El mundo mágico y el de los humanos llevan demasiado tiempo separados, pero hay personas, como Breen Siobhan Kelly, que pueden viajar entre ambos. La joven acaba de volver a Talamh dispuesta a aceptar quién es realmente. Por suerte, no está sola: cuenta con su mejor amigo, Marco, y con Keegan, que la entrena sin descanso y cuyo deseo por Breen no hace más que crecer.
Sin embargo, no hay tiempo que perder. El dios renegado Odran planea destruir Talamh y, para detenerlo, Breen debe seguir luchando para convertirse en todo lo que está destinada a ser.
Tras el último fracaso de Odran, su plan para dominar Talamh (y a Breen) se ha detenido por el momento. Sin embargo, el enfrentamiento se ha cobrado un alto precio y Breen vive momentos dolorosos mientras saca a heridos y caídos de un campo de batalla empapado en sangre y cenizas.
Pero el descanso no dura mucho. Las brujas de Odran empiezan a acosar a Breen en sueños, donde ella las ve practicar magia negra, sacrificar a inocentes y planear la destrucción absoluta. Ha llegado el momento de que Breen destierre a la oscuridad con todo el poder a su alcance.
Una batalla épica se aproxima. Y la derrota no es una opción.
Sonya recibe la noticia de que su difunto padre tenía un hermano gemelo poco después de romper su compromiso matrimonial y perder su trabajo, así que, cuando descubre que su tío desconocido le ha dejado en herencia una mansión victoriana en la costa de Maine, decide instalarse en ella para descubrir por qué los niños fueron separados al nacer y la razón por la que todo se mantuvo en secreto.
La joven no tarda en darse cuenta de que en la casa ocurren cosas muy extrañas. Trey, el abogado amigo de la familia que la ayuda a instalarse, le confirma que el lugar está embrujado y le habla de Astrid, «la primera novia perdida», cuyo retrato decora el despacho de su tío. Sonya también ha heredado una maldición centenaria y un enigma que debe resolver para romperla.
Todos los poemas me salen amarillos», escribe Marta Sanz en uno de los versos de este libro. Y es que el amarillo es, aquí, un color último, definitivo, de una acidez que se identifica con un nervioso sentido del humor. Funciona al mismo tiempo como origen y como frontera de todas las cosas que suceden en esta vida: el filo preciso entre la claridad y la tiniebla. Porque estos poemas nacen del fulgor de un destello, y con amarillenta calidez se dirigen a un futuro que languidece; pero no tienen miedo, porque han comprendido que toda luz que brilla es siempre devorada, que todo lo que ilumina es a su vez consumido.
Los versos se extienden como un delicado manto sobre el paisaje de lo cotidiano, cruzan las carreteras de una geografía íntima atravesada por la enfermedad, el deseo, la memoria, el final. El cuerpo se convierte en una elegía del paso del tiempo, un encefalograma en el que se registra cada marca, cada afrenta. Amarilla es, por encima de todo, una política de lo íntimo y una intimidad al descubierto, lanzada al mundo.