Tras perder a su marido y descubrir un doloroso secreto, Isabelle decide mudarse a París, la ciudad que adora desde que era niña. Lo hace justo antes de cumplir cuarenta años con la esperanza de empezar allí una nueva vida.
Se instala en un piso cerca de su mejor amiga y comienza a trabajar en una preciosa librería inglesa frente al Jardín de Luxemburgo. Envuelta en la atmósfera parisina, Isabelle volverá a ilusionarse y a soñar. También viajará a Londres, donde encontrará no solo nuevas alegrías, sino el camino hacia un nuevo amor.
Entre libros y canciones, y animada por el cariño de sus queridas amigas Marta y Léa y del divertido Thomas, Isabelle descubrirá que hay muchos tipos de relaciones y que allí donde surge el enamoramiento verdadero sobran los prejuicios. Porque el amor real nunca es perfecto.
Habitamos un tiempo crepuscular: crisis económicas, guerras, pandemias, malestar cultural... Asistimos al auge de discursos políticos asentados sobre la melancolía y la nostalgia de un pasado que fue mejor, incapaces de efectuar una interpretación con sentido del propio presente. Un futuro cancelado y un pasado que echamos de menos. En todos ellos se observa un repliegue de impotencia reaccionaria, agravio y resentimiento. Y, por encima de todo, una necesidad punzante: volver a casa.
Hoy, se da una respuesta melancólica a ese malestar que recorre la derecha y la izquierda. En El tiempo perdido, con la ayuda de Proust y algunos filósofos y filósofas, Clara Ramas nos propone una salida diferente. El melancólico se aferra al objeto amado y quiere volver a una Edad Dorada ―la patria, el orden, los roles de género y de clase, la vida mejor de nuestros padres, la Transición, la Tradición―. Pero el retorno es imposible para nosotros, seres finitos, hablantes y modernos. Estamos siempre de camino, pero nunca del todo en casa. Pese a todo, quizás existe una milagrosa posibilidad de «recobrar el tiempo», pero ciertamente no será la que prometen los nuevos melancólicos y las fuerzas reaccionarias.
La realidad debe ser otra cosa, a lo mejor otra cosa peor, más mala, algo atroz, en fin, como la respiración un poco agónica del hombre invisible que también soy yo».
Un alto ejecutivo se queda en paro y decide rehacer su vida al margen de todo lo que le rodea, contando con su imaginación como única aliada. A partir de ahí, y desde el mayor de los sarcasmos, vivirá como una aventura fantástica cualquier hecho cotidiano. El protagonistacrea un mundo propio, unas veces siendo él mismo, otras haciéndose pasar por otro. Otro que actúa con la insolencia y el respaldo de la locura más cuerda.
Un apasionante juego de encuentros y desencuentros con el amor, la soledad, el sexo, la amistad..., con la vida y la muerte, en definitiva. Mucho más que una novela, Tonto, muerto, bastardo e invisible es también una crítica a nuestra sociedad, hilvanada con un lenguaje lúcido y brillante.
Argel, 1956. Fernand Iveton, un joven obrero comunista de treinta años, decide mostrar su apoyo a la causa independentista del FLN contra Francia colocando una bomba. La peculiaridad de Iveton es que es un pied noir, es decir, un francés blanco nacido en Argelia, y ese colectivo estaba entonces masivamente al lado del gobierno colonial.
La bomba, estratégicamente dispuesta en un lugar donde no pueda provocar heridos ni víctimas, es desactivada antes de que estalle, y el activista acaba detenido. Es interrogado, torturado y condenado a muerte. Sus abogados piden clemencia a las más altas instancias, entre otros al ministro de Justicia de entonces, que es el futuro presidente François Mitterrand. Pero el perdón no llega, e Iveton se convertirá en el único pied noir ejecutado por el gobierno francés durante la larga guerra de Argelia.
En su momento, el caso sacudió a la opinión pública: ¿era Iveton un héroe o un terrorista? ¿Un idealista o un criminal? ¿Un adalid de la libertad frente al colonialismo o un traidor a su país? El libro reconstruye con los instrumentos de la narración novelística la historia real del protagonista: el atentado fallido, la detención, el proceso, pero también la infancia de Iveton, la relación con su amada Hélène, sus ideales de justicia social… La literatura repara una injusticia. La literatura rescata del olvido a un ser humano cuyo nombre se diluyó entre las muchas víctimas de una sangrienta guerra.
Un mundo de fantasía en el que historia y magia se entrelazan de manera prodigiosa
Por la autora de JONATHAN STRANGE Y EL SEÑOR NORRELL
Tras las verdes colinas y los bosques silenciosos se ocultan confines misteriosos, más allá de los cuales la realidad se pliega en formas mágicas y llenas de peligros. Los protagonistas tienen que verselas con seres traviesos y maliciosos que se divierten alterando el sentido y el orden de las cosas. En estos ocho relatos, los magos y las hadas se entrometen en las vidas absolutamente anodinas de párrocos locales y princesas engreídas, así como en el destino de figuras históricas como María Estuardo, reina de Escocia, o el duque de Wellington.
UNA HISTORIA EXCEPCIONAL SOBRE LA VIDA DE UNA FAMILIA AMERICANA DE LOS AÑOS SETENTA «Encrucijadas es una novela excelente, la mejor de Franzen.» EL País «Cada novela de Jonathan Franzen es un acontecimiento literario.» El Periódico «Una saga familiar con el aroma de la gran literatura.» EL Cultural En vísperas de las Navidades del año 1971, en Chicago se anuncia una gran nevada. Russ Hildebrandt, pastor en una iglesia progresista de un barrio residencial, está a punto de liberarse de un matrimonio que considera desdichado, salvo que su esposa, Marion, que también tiene sus secretos, se le anticipe. Clem, el primogénito, viene de la universidad infundido de un moralismo extremo que lo ha hecho tomar una decisión que causará estragos. Su hermana Becky, hasta entonces la reina de su clase en el instituto, ha virado bruscamente hacia la contracultura. El tercer hijo, el brillante Perry, que se ha dedicado a vender droga a sus compañeros de curso, se ha propuesto volverse mejor persona. Mientras que el más pequeño, Jay, intenta abrirse camino entre la incertidumbre y el asombro.