Elise es una ambiciosa detective; o lo era antes de que el cáncer del que se recupera le hiciese tambalear sus cimientos. Ahora se acaba de mudar a Ebbing, un idílico pueblo en el que no conoce a nadie. Durante su convalecencia, asiste desde su ventana a las tensiones entre los turistas de fin de semana y los lugareños.
Elise sólo puede adivinar lo que sucede tras las puertas de sus vecinos; sin embargo, Dee, la joven que la ayuda con la limpieza, es una presencia invisible que ve y oye todo.
Todo se hace añicos cuando dos adolescentes son hospitalizados y un hombre desaparece. Elise se verá de nuevo en marcha en busca de respuestas, pero la pequeña comunidad cierra filas para guardar bien sus secretos.
El detective Tony Roures, cínico y sentimental, recibe de madrugada la visita de un viejo amigo, Alberto Llorens, un fotógrafo al que creía felizmente casado con una rica empresaria de Castellón. La triste realidad, según le cuenta, es que tiene problemas conyugales y se ha convertido en un asiduo del club de alterne más famoso de todo el Levante español.
Allí conoció a Blessing, una joven nigeriana, atada a una organización de trata por la deuda del viaje y un ritual de vudú. Tras ser chapuceramente operada de un cáncer de mama, se convierte en «mercancía estropeada» y es asesinada. Es entonces cuando Llorens recibe amenazas y, asustado, busca a Roures. Este comienza una peligrosa investigación que revelará una trama criminal de trata de mujeres de inusitada crueldad.
Han pasado varios años desde que los Hernández, detectives en el barrio de Sant Andreu, tuvieron que cerrar su agencia. El mundo ha cambiado y la familia se ha disgregado: Mateo, el padre, trabaja en unas oficinas en la parte alta de Barcelona; Amalia, en una empresa especializada en seguridad, y Nora, que siempre quiso llevar una vida tranquila, da clases en una academia nocturna. Aunque no lo reconozcan, han compartido muchos casos en el pasado, algunos muertos y, por más que quieran evitarla, alguna cuenta pendiente, que Lola, la matriarca, les recuerda. También para que irremediablemente vuelvan a reunirse, y actúen juntos. ¿Abrirán de nuevo la agencia? Nuestros muertos es la esperada y brillantísima continuación de Un asunto demasiado familiar y Los buenos hijos, una serie policiaca que cuenta además la historia de una familia disfuncional. Secretos que se callan, la convivencia con algunas enfermedades mentales, y sobre todo la inteligencia para resolver asuntos muy actuales, se entremezclan en una parte muy reconocible de la Barcelona de nuestros días.
Ramón Fortuna es un adolescente de quince años que no llegó a conocer a su padre, pero que ha crecido sobreprotegido por cuatro mujeres: su madre de verdad y las postizas. Al verse envuelto en la muerte de varias personas, es ingresado en una institución hasta que se aclaren los hechos. Poco a poco va descubriendo que todo lo que le habían contado sobre su familia era mentira. En vez de tratar de demostrar su inocencia, su nuevo objetivo en la vida va a ser librarse de la red de engaños que no le deja ver quién es en realidad.
En El otro barrio, Elvira Lindo hace gala de sensibilidad para relatar el día a día –solo a veces dramático– de la vida de un barrio en el que convive la marginalidad más desgarrada con jóvenes que disfrutan, sufren, aman y, sobre todo, esperan tiempos mejores.
Un comandante lucha por mantener a raya a sus hombres en la frontera de un paso de montaña, hasta que una bella capitán se hace cargo del puesto enemigo.
En un desértico altiplano a más de cinco mil metros de altitud, se asienta un paso de frontera entre dos países. Una tenue línea de piedras pintada de cal separa los márgenes. De un lado está Guardia de Frontera, un puesto al mando del teniente Costa, y del otro Ronda de Confines, con el teniente Gaitán como jefe. La soledad devora a Costa, muy celoso de su misión, pero irremediablemente aislado de sus hombres, y que tiene a Gaitán como íntimo enemigo. En apariencia, son dos soldados sirviendo cada uno a su país, pero en realidad están abandonados a ambos lados de la frontera, en un lugar gobernado por fuerzas muy distintas de las que pretenden dominar. Las tropas comercian entre sí, traficando con lo poco que poseen. Cuando se marche Gaitán, deseoso de dejar el altiplano, le sustituirá la capitán Vera Brower, una mujer atractiva cuya melena roja pondrá patas arriba la rutina del paso.
En todas las tradiciones budistas, «tomar refugio» es el primer paso en el camino a la liberación interior. Se trata de un acto de palabra donde se testimonia la confianza en el buda, en el dharma y en el sangha, los tres tesoros. A partir de esta idea, Zeina Abirached y Mathias Énard tejen una entrañable historia sobre la soledad, el amor y la búsqueda de la propia identidad.
Tomar refugio se desarrolla en dos líneas temporales y geográficas: en el Afganistán de 1939, la escritora Annemarie Schwarzenbachvive un idilio con una paleontóloga mientras en Europa estalla la Segunda Guerra Mundial; en el Berlín de 2016, un joven alemán colabora en la creación de un campo de refugiados y se enamora de una mujer siria casada, amor que es correspondido, aunque las diferencias culturales parecen separarlos.
Dos historias de amor atípicas que resuenan entre sí a pesar de la distancia: tiemposatribulados, seres humanos que al tratar de vencer aquello que los diferencia se enfrentan a la oposición de la sociedad.