En 2018, la escritora y poeta estadounidense Maggie Smith, casada y madre de dos hijos, descubre que su marido tiene una relación con otra mujer. En cuestión de días, la realidad que había construido durante más de veinte años se derrumba y da paso a un dolor que convertirá, a través de la escritura, en un renovado compromiso consigo misma.
A base de pequeñas viñetas, pieza a pieza, Smith traza una reflexión llena de empatía y humor sobre la desintegración de un matrimonio que es también un ajuste de cuentas con la feminidad contemporánea, los roles tradicionales de género y las dinámicas de poder que persisten incluso en las parejas más modernas. Página a página, estos fragmentos terminan erigiéndose en un interrogatorio a la familia, el trabajo y el amor.
Estampas poéticas, estampas venecianas, estas reflexiones acerca de la ciudad abren brechas en la memoria del escritor, que entrelaza recuerdos personales con hechos acaecidos en esta ciudad de agua, agua que, como él mismo dice, «la golpea y la rompe en pedazos, aunque al final la recoja y la lleve consigo hasta depositarla, intacta, en el Adriático». Esa percepción y ese contrapunto entre imágenes y pensamientos se asociarán para siempre en la mente del lector con el nombre de Venecia.
Fuente Amarga es un pequeño pueblo en el sur de Italia, rodeado por campos áridos a los que los hombres entregan la vida. Un pueblo como muchos, que sin embargo, para quien nace y crece allí, es el cosmos, con sus leyes universales e inmutables. En Fuente Amarga, los «paletos» sufren injusticias y abusos tan atávicos que les parecen naturales como la lluvia y el viento; y la escalera social para ellos tiene dos peldaños: la condición de gleba a ras de suelo y, solo un poco más arriba, la de los pequeños propietarios. Por encima de todos (y de todo), inalcanzables en su condición de caprichosos semidioses, los señores de la tierra, perpetuos custodios del poder al que sirven y representan según el soplo del viento de cada época. Con el advenimiento de la dictadura fascista, el orden social se tambalea, y sobre los fuenteamargados se desencadenan nuevos abusos que constituyen el relato de esta novela.
Un tributo exquisito al arte de la caligrafía y el poder de la correspondencia. Cinco historias alrededor de una encantadora papelería en Tokio
Escondida en las calles del elegante barrio de Ginza, en Tokio, se alza la antiquísima y célebre Papelería Shihodo. La regenta Ken Takarada, y adentrarse en ella es hacerlo en un universo casi mágico donde es posible encontrar todos los tesoros que un amante del material de papelería desea, desde el papel washi más exquisito hasta las estilográficas que mejor se adaptan a cada mano. Siempre cálido y cortés, el señor Takarada tiene preparado un tranquilo rincón en el piso de arriba para que los clientes que lo requieran, dotados de los instrumentos precisos, puedan dar rienda suelta a sus emociones más íntimas y conseguir que las palabras fluyan.
En El libro de las hermanas, Amélie Nothomb nos sumerge en un relato sobre los abismos del afecto, el poder devastador de las palabras y la complejidad de las relaciones familiares. Tristane, hija de unos padres atrapados en la burbuja de una pasión mutua en la que no hay espacio para ella, lleva una vida vacía de amor. Su existencia solo se ilumina cuando su hermana pequeña, Laetitia, llega al mundo. A partir de su encuentro, la autora construye una sinfonía íntima y dolorosa que transforma lo cotidiano en un escenario donde amistad y rivalidad conviven con una intensidad sorprendente.
Un relato profundamente humano, y, a su manera, muy cruel, en el que se traza una crónica de los gestos invisibles, las miradas no correspondidas y las emociones sin nombre. Nothomb nos regala una meditación sobre la vida, el amor y la imposibilidad de unos lazos que no se entienden, pero que terminan, sin embargo, por definir nuestro destino.
Terrestre bien podría ser definido como un libro de Crónicas especulativas o relatos de viaje, en todo caso, de palabras en completa libertad. Imaginativo, con estructuras narrativas audaces, Cristina Rivera Garza escribe aquí sobre trayectos terrestres que nos llevan | a distintos lugares de México y el mundo, y a distintos destinos del cuerpo. A pie, en bus o en tren, las jóvenes protagonistas de estas historias avanzan acompasadas por rutas ignotas, inventando para sí nuevos modos de ocupar los espacios negados y en disputa. Ganadora del Premio Pulitzer por El invencible verano de Liliana, Rivera Garza nos regala un libro extraordinario sobre la amistad, la juventud y el poder de la transformación. Terrestre es un libro : mercurial, solar, donde el viaje es el arrojo, la concentración infinita.