Alex y Poppy. No tienen nada en común. Ella viste estampados; él lleva pantalones de pinza. Ella tiene espíritu aventurero; él prefiere quedarse en casa leyendo. Y, a pesar de todo, son mejores amigos. Durante la mayor parte del año viven separados -ella en Nueva York, él en su pequeño pueblo- pero cada verano, desde hace ya una década, se toman una semana de vacaciones juntos. Hasta hace dos años, cuando lo arruinaron todo. No han vuelto a hablar desde entonces.
Poppy tiene todo lo que siempre había soñado, pero está atrapada en la rutina. Cuando alguien le pregunta cuándo fue la última vez que fue feliz de verdad, sabe sin ninguna duda que fue en ese último y fatídico viaje con Alex. Y entonces decide convencer a su mejor amigo para viajar juntos una vez más. Ahora tiene una semana para arreglarlo todo. Si pudiese aceptar la verdad que siempre se ha interpuesto silenciosamente en medio de su supuesta perfecta amistad
¿Qué puede salir mal?
«El deber y la tarea de un escritor son los de un traductor», escribe Marcel Proust en El tiempo recobrado. Pero no se trata de traducir un texto: Proust se refiere a traducir la vida.
Durante octubre y noviembre de 2022, Juan Gabriel Vásquez fue invitado por la Universidad de Oxford a dictar las conferencias de la prestigiosa cátedra Weidenfeld de Literatura Europea Comparada, en la que antes participaron autores de la talla de Mario Vargas Llosa, George Steiner, Umberto Eco, Javier Cercas y Ali Smith. En esas cuatro ponencias, aquí reunidas, Vásquez se pregunta si hay en la ficción literaria una manera de comprender la vida que no pueda encontrarse en ningún otro espacio. ¿Es la literatura el lugar donde el mundo es traducido, interpretado e iluminado? Acaso la ficción tenga una capacidad única para dilucidar las complejidades de la experiencia humana —el misterio de cada vida, nuestro vínculo con el pasado, la tensa relación que mantenemos con el universo delo político— y transformar esa interpretación en conocimiento. Estos textos nos piden que redefinamos los usos de la ficción, nuestra comprensión de sus mecanismos y las razones por las cuales, en nuestra época actual, es probablemente más indispensable que nunca.
Una mujer que espera a que la atiendan en una pastelería desvela, conversando con otra clienta, su tragedia: va a comprar dos tartitas de fresas con nata para celebrar el cumpleaños de su hijo, un niño que, sin embargo, murió años atrás. Con este relato arranca este volumen compuesto por once cuentos entrelazados: en cada uno de ellos, un detalle a veces ínfimo evoca el relato anterior, anuncia el siguiente o cambia completamente la perspectiva, hasta formar una espiral vertiginosa. Los protagonistas no tienen, aparentemente, nada en común: dos alumnos de instituto, una novelista y su extraña casera, un joven que viaja al entierro de su madre adoptiva, dos trabajadoras de hospital, una cantante que encarga un bolso, una joven que trata de descubrir la infidelidad de su marido o una insistente mujer empeñada en seguir a un periodista que redacta un reportaje sobre un hotel de lujo.
Una historia original y absorbente sobre una epidemia mortal de insomnio en Estados Unidos.
Una epidemia de insomnio sacude Estados Unidos. Miles de personas mueren tras semanas sin lograr conciliar el sueño; caen rendidas, sumidas en la más absoluta desesperación y devoradas por la locura. Trish Edgewater trabaja como captadora para las Brigadas Duermevela, una organización sin ánimo de lucro que busca donantes de sueño: personas dispuestas a ceder algunas de sus horas de descanso y salvar con sus transfusiones las vidas de unos pocos insomnes. Trish es una captadora ejemplar, cuyo talento solo se explica a través de su biografía: su hermana Dori fue una de las primeras víctimas mortales de la crisis del sueño, y el emotivo relato de su agonía y muerte vuelve el discurso de captación de Trish prácticamente infalible.
Sin embargo, cuando entran en escena la Bebé A, primera donante universal de sueño, y el Donante Y, cuyas transfusiones contaminadas desatan una oleada de pesadillas inhumanas, Trish comienza a cuestionarse los límites éticos de una profesión aparentemente altruista.
Clarividente y perturbadora, Donantes de sueño indaga en valores como la empatía, el compromiso y la abnegación, y en el modo en que llegan a adulterarse en momentos de crisis. Con una imaginación deslumbrante y un estilo preciso y directo, Karen Russell nos transporta a un mundo inquietantemente parecido al nuestro, a una pesadilla que no deja de ser una advertencia.
¿Y si una aldea perdida en los bosques de Polonia hubiese escapado milagrosamente a los horrores del siglo XX?
Los habitantes de Kreskol, un shtetl o aldea judía, llevan más de cien años felizmente aislados del mundo: desconocen el Holocausto y la Guerra Fría, e inventos modernos como el automóvil, el smartphone o el saneamiento. Hasta que una disputa matrimonial los obliga a entrar bruscamente en el siglo XXI. Una mañana, tras un amargo divorcio, la joven Pesha Lindauer desaparece sin dejar rastro. Alarmados, los rabinos encargan a Yankel Lewinkopf, el tonto del pueblo, que se aventure al exterior para alertar a las autoridades. En su periplo, Yankel descubre la belleza y el espanto de la vida moderna. Incapaces de creer su relato, los polacos lo toman por loco y lo ingresan en un centro psiquiátrico. Cuando, finalmente, se compruebe que dice la verdad, acaparará la atención de todos los medios.
Cuando su padre, el duque, es llamado a combatir al frente durante la Segunda Guerra Mundial, Mariana emprende un viaje junto con su madre y su hermana hacia un destino colorido. Atrás han dejado París y su encanto de cuento de hadas, y en México encuentran un país lleno de contrastes. Mariana crece entre juegos y canciones en este mundo nuevo, si bien amparada en el privilegio de pertenecer a la élite, hasta que un hombre de claroscuros, el padre Teufel, irrumpe en su vida trocando los sueños de la infancia en una fascinación por lo prohibido. La Biblioteca Elena Poniatowska reúne la obra narrativa, ensayística y periodística de la autora que se ha erigido como la portadora de una pluma capaz de darle a la vida las múltiples posibilidades que otorga la literatura. En La Flor de Lis, imbrica la novela con la autoficción brindándonos una obra inolvidable sobre el lugar que llamamos hogar.