John Steinbeck también sufrió los efectos de la Depresión; fue testigo del éxodo rural masivo que emigra del norte hacia el sur y tomó en los años 30 partido por los explotados, los jornaleros emigrantes. "Las uvas de la ira" es la crónica de una familia depauperada en su viaje hacia una tierra de promisión, buscando trabajo y mejores condiciones de vida. Steinbeck sabe trascender lo puramente propagandístico o moralizante cuando unos personajes de ficción llenos de profundidad y humanidad, auténticos luchadores, no dudan en denunciar los abusos del poder y la despiadada crueldad y desamparo que sufren los más débiles.
Primero fue Reuben, lobo feroz con sierras en lugar de dientes; luego Archer, rubio, bello y letal; y finalmente llegó Frosty, una bola afable y rencorosa. Son los tres perros salvajes y leales que llegan a casa de los Zusak para poner patas arriba a la familia y, al mismo tiempo, completarla. Lo que sigue resulta inevitable: peleas callejeras, rifirrafes en el parque, daños corporales y psicológicos, tragedia y amor encarnizados, pero, sobre todo, la configuración de una constelación de afectos en torno a la necesidad humana (y animal) de pertenecer a un clan.
Un fantasy oscuro plagado de demonios, brujas y lealtades familiares que se pondrán a prueba.
Las brujas hicieron un pacto con el Infierno. Ahora, los demonios han venido a cobrárselo.
Durante siglos, las brujas del aquelarre Wytte han sido las guardianas del Velo que separa la Tierra del Infierno. Después de años lejos de su hogar, Ember Wytte regresa a casa para participar en el ritual que mantiene el mundo a salvo, pero esta vez algo no va bien…
Mientras el pueblo de Faddenfield queda atrapado en una niebla imposible de atravesar, Ember y sus hermanas tendrán que lidiar con una amenaza infernal, la Hermandad de Cazadores de Brujas… y Dante, el misterioso profesor con el que Ember comparte un vínculo que ni ella misma logra entender.
Pero Ember no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados. Para sobrevivir y revertir las consecuencias del ritual tendrá que unir fuerzas con su peor enemigo, aunque ambos sepan que están jugando con fuego.
Regentada por el antiguo detective Nagare Kamogawa y su hija Koishi, y disimulada entre las populosas calles de Kioto, se halla la taberna Kamogawa, un pequeño local donde se puede comer maravillosamente bien... y reencontrar el plato que ha marcado nuestras vidas. Porque, gracias a los recuerdos a menudo borrosos de los clientes, padre e hija, investigadores gastronómicos, recomponen cada receta perdida con insólita eficacia: los ingredientes y su origen, los tiempos y maneras de preparación e incluso los personalísimos secretos culinarios de los cocineros originales. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de recrear sabores únicos salpicados de nostalgia. En esta ocasión, por las mesas de la taberna Kamogawa veremos desfilar, entre otros, a Sakyo Kataoka, un joven bailarín que busca la receta de un kake-soba de fideos y caldo aparentemente comunes que compartió tres años atrás con su padre en un restaurante elegante de Tokio; a Nobuo Matsubayashi, un reputado fabricante de vajillas que desea comer de nuevo, ahora en compañía de su nieto, el arroz con curry que le preparó una vez su hija; y a Yumiko Maezaki, una afamada profesora de piano que lo daría todo por volver a probar un yakisoba como el que tomó con el hombre que amaba hace quince años en Osaka.
Rodeado de elfos oscuros, Artemis Entreri vuelve a ser el rey de las calles de Calimport. Pero mientras que él aboga por la prudencia, su protector drow se vuelve cada vez más ambicioso. Muy pronto, el asesino se ve obligado a seguir el mismo camino que en su día tomó su enemigo más odiado, un camino que conduce a un lugar en el que un asesino como Entreri jamás será bienvenido.
El drow Jarlaxe abandona la oscuridad de Menzoberranzan lleno de malignos propósitos. La Piedra de Cristal ejerce sobre él una influencia tan grande que incluso los agentes drow que le acompañan comienzan a sentir temor.