Todos los poemas reúne la obra poética completa de Antonio Pereira (1962-2006), acompañada de un epílogo, «El poeta hace memoria», en el que el autor hace un personal repaso por su trayectoria lírica. Esta edición, que conmemora el centenario del escritor villafranquino, va precedida por un nuevo prólogo del también poeta Juan Carlos Mestre.
El abuelo ha muerto y Ana regresa a su hogar después de diez años de ausencia. De lo que fue el pueblo de su infancia, apenas queda ya nada reconocible. La casa familiar ha quedado aislada entre los ranchos vacíos, y no tardarán en venderse todos los terrenos de cultivo. Volver supone el reencuentro con su madre y su abuela, y también la recomposición de una relación rota. En el proceso de venta de la granja, Ana revive la historia del pueblo y su propio pasado, y se enfrentará a recuerdos con los que debe construir su nueva vida. Durante esos días, la abuela, que anda un poco perdida, le pide ayuda y le confiesa un secreto. Cuando nadie nos nombre es una novela profunda, con una atmósfera y un compás propios, sobre aquellas cosas que olvidamos durante unos años y tiempo después afloran y nos interpelan. Luciana Sousa escribe con palabras que son imágenes y sensaciones y que dan vida a una historia familiar marcada por los silencios.
Después de trece años sin escribir ni publicar poesía, Carlos Marzal regresa al género con un nuevo poemario. Un libro donde se entrevera el himno y la elegía; porque, como el autor ha señalado en alguna ocasión, «todos los poetas celebran la vida y la lloran al mismo tiempo, todos escribimos a la vez una oda y un planto que tienen como destinatario la existencia».
En su sentido etimológico, la ευφορία (euforia) constituye una fuerza que ayuda a sobrellevar, un arte del buen resistir, y en ocasiones remite a la abundancia y la fecundidad. En nuestros días, el significado de la palabra «euforia» nos evoca alegría y bienestar, en ocasiones extremos. La poesía de Carlos Marzal se ha caracterizado desde hace tiempo por aunar entusiasmo hacia lo que la suerte nos depara y la aceptación estoica de nuestro destino.
La crónica, descarnada y humana, del proceso judicial por el atentado yihadista contra la sala Bataclan.
V13: viernes 13 de noviembre de 2015. En tres puntos diferentes de París se producen atentados yihadistas. El más grave es el de la sala Bataclan, donde están actuando los Eagles of Death Metal. El resultado de los ataques en el corazón de Francia es de ciento treinta muertos y más de cuatrocientos heridos. Años después, durante nueve meses –entre septiembre de 2021 y junio de 2022–, se celebra el juicio en el Palacio de Justicia de la capital. Hay catorce acusados: el principal es el único superviviente de entre los terroristas de Estado Islámico que participaron en la masacre. Sobrevivió porque no detonó su cinturón con explosivos. ¿Falló el mecanismo? ¿Tuvo miedo? ¿O quizá un fugaz momento de arrepentimiento y humanidad? El resto son colaboradores en distintos grados. Y además están los testigos –que cuentan historias de una gran crudeza–, los familiares de los fallecidos, los severos fiscales, los abogados defensores, que utilizan argucias para tratar de salvar a sus clientes, el tribunal, que debe emitir sentencia… La justicia evalúa con frialdad la barbarie.
Esta narración puede ser leída como una huida, una yuxtaposición de historias de viaje: el de Vercingétorix a campos de concentración, el de un grupo de judías embarazadas a una clínica de abortos, el de Glaucus y Artemius o el de Equis, viajero infatigable, condenado a la errancia, cuyo desarraigo no le da derecho ni a un nombre, que busca en cada nuevo territorio el hogar que nunca alcanza. En resumen, una lograda metáfora del exilio, que sufrió la propia autora, y de las corrientes migratorias que han tenido lugar a lo largo de la historia de la humanidad.
Una carta sorprende a Lucrecia. Entre frases iracundas contra el trabajo y el mito del progreso Vita, su tía recién fallecida, encriptó el mapa de un tesoro enterrado en medio de La Pampa. Poco a poco, esa voz y la sucesión de acontecimientos descabellados que desencadena trastocan sus costumbres mundanas y su férrea disciplina laboral.
Irónica y corrosiva, sin perder el sentido del humor ni por un instante, Cristoff revela el extractivismo vital que subyace en tantas prácticas contemporáneas. Del mail a la autobiografía, de la crónica de viajes al retrato y el telegrama, del teatro al cancionero anarquista, la novela se va armando en una superposición de personajes, formatos y géneros al modo de los números de las ferias o los circos ambulantes. Preciosamente escrita, Derroche es una brillante sátira social que homenajea a la picaresca y convoca a una fiesta de los insurrectos.