Una artista medio famosa anuncia su intención de cruzar el país en coche, de Los Ángeles a Nueva York. Afrontar un largo viaje por carretera parece un buen modo de repensarse a sí misma en el ecuador de su vida. Media hora después de despedirse de su marido y su hije, sin saber muy bien por qué decide salir de la autopista, echarse en la cama de un motel anodino y sumergirse en un apasionado replanteamiento vital que resulta ser el comienzo de un viaje totalmente diferente al planeado.
La historia de ese instante que puede cambiar la vida entera
Salento, 1959. Lorenzo y Agnese lo han perdido todo. Y lo comprenden cuando su padre, con esos ojos tristes que lo han acompañado toda su vida, anuncia que ha vendido la fábrica de jabones de la familia, una herencia que él siempre ha vivido como una condena. Para Lorenzo y Agnese, en cambio, esa fábrica que su abuelo creó desde la nada, que huele a talco, a flores y a aceites vegetales, era la seguridad de un presente tranquilo y la promesa de un futuro por construir juntos, unidos. Por eso, la idea de quedarse allí como simples obreros bajo un nuevo y arrogante dueño es devastadora. Lorenzo, orgulloso e impulsivo, se marcha dando un portazo con el corazón lleno de rabia y un único objetivo: conseguir el dinero necesario para recuperar lo que es suyo. Pero Agnese no lo sigue: tan decidida cuando se trata de formular jabones como insegura al enfrentarse al mundo exterior, declara: «Me quedo donde está mi hogar». Se abre así una grieta profunda, aparentemente irreparable, entre el hermano y la hermana, que los empujará por caminos opuestos e impredecibles. Porque Lorenzo y Agnese desean lo mismo, al menos hasta que el amor los sitúe de nuevo en una encrucijada. Cada uno tomará una decisión y trazará un mañana distinto... ¿Será para ambos un mañana sin remordimientos?
'Hay que entender que siempre hemos concebido el significado de las imágenes como algo quieto, fijo y clavado en la pared. Con Perejaume, y sobre todo con los transportes que ha llevado a cabo, nos hallamos ante un intento de liberar estos significados para ponerlos en un sistema de circulación, arrastrándolos por una orografía muy particular. Esto les obliga a tener accidentes, encuentros y encontronazos que ejercen una violencia productiva sobre el sentido que se les había adjudicado. Dicho de manera muy sintética, esto es lo que algunos han llamado el paso de un significado objetivo a uno trayectivo. No podemos olvidar que este tipo de transportes constituyen para Perejaume una modalidad de escritura. Él es el representante de lo que podríamos llamar una escritura total. Una escritura que se despliega caminando, dibujando o hablando, y que se hace viviendo. Es una escritura que exige salir de los espacios que a menudo protegen a las imágenes. Una vez a la intemperie quedarán expuestas a los embates de lo imprevisible.'
Leo y Thomas se conocen por azar en una multitudinaria fiesta parisina y, pese a su diferencia de edad y origen —Leo es un escritor italiano establecido, y Thomas un joven alemán aspirante a pianista considerablemente más joven—, se embarcan en una intensa relación. Pero la pasión toma tantas formas como amantes que la experimentan, y durante los años siguientes los dos hombres bailan una cuidadosa coreografía hecha de espacios y de distancias.
Leo entiende el amor como un anhelo, un ejercicio de extrañar y desear, y evita a toda costa compartir un espacio doméstico con Thomas, algo que, por otro lado, resultaría inconcebible para la sociedad que los rodea y los rechaza. Así viven varios años en habitaciones separadas, con vidas conectadas pero no fusionadas. Pero la trágica muerte de Thomas enfrenta a Leo a la soledad verdadera.
Impulsado por la necesidad de olvidar, o tal vez de encontrar, vaga por los destinos que habitó con su amado. El redescubrimiento de una de las novelas más revolucionarias de las letras italianas de finales de los años 80 por un autor de culto de la literatura queer.
Un policía sin reglas. Una inspectora meticulosa. Un enemigo poderoso. Cuando despierten la ira del dragón negro, no habrá vuelta atrás
En la cultura china, los dragones se asocian con la buena fortuna. Excepto el dragón negro, que simboliza la maldad. Cuando a la inspectora Estela Domínguez le asignan el caso de cinco hombres que han sido ejecutados en lo que parece ser un vulgar ajuste de cuentas entre bandas locales, no imagina que acabará despertando la ira de un criminal cruel como un moderno dragón negro.
Estela tendrá como compañero en su investigación a Roi Conde, un policía renegado con métodos discutibles. También se cruzará en su camino con Virginia, una mujer misteriosa que ha regresado a su hogar tras años huyendo del pasado.
Envuelta en un violento duelo de traición y venganza, la estricta inspectora se verá obligada a decidir qué límites está dispuesta a traspasar si quiere acabar con el líder de una poderosa e implacable tríada china. A veces, diferenciar entre el bien y el mal deja de ser lo más importante.
En los años convulsos de la España de principios del siglo xx, mientras el país se desangra entre el hambre, la violencia y la amenaza de una epidemia, Sebastián Costa y Antonia Monterroso huyen hacia delante, atravesando Jaén, Córdoba, Madrid y Valladolid con la promesa de un futuro al otro lado del Atlántico. Él, un veterano de guerra convertido en atracador; ella, una mujer forjada en la supervivencia y la ambición. Juntos forman una alianza marcada por la sed de riqueza, la desconfianza y un deseo tan intenso como peligroso.
Pero las deudas con el pasado nunca quedan saldadas. En su camino han dejado cadáveres, enemigos y un rastro de sangre que otros están decididos a seguir. Entre la persecución de quienes ansían verlos caer y las grietas que se abren entre ellos, la duda se cierne sobre su vida: ¿hasta dónde estarán dispuestos a llegar para ser libres? Porque en un mundo donde la violencia echa raíces y la redención es solo un espejismo, pronto descubrirán que bajo tierra seca nada bueno germina.