El pasado nunca muere, solo cambia de rostro.
Un thriller psicológico donde los secretos familiares y el miedo dictan el destino de sus personajes.
Como cada sábado, desde que decidió que su trabajo de fin de grado en Criminología versaría sobre la hibristofilia, esa rara patología que designa la atracción por criminales violentos, Olivia visita en la Prisión de Soto del Real a Pedro Díaz, autor de los asesinatos de tres jóvenes el día que cumplían la mayoría de edad. El mismo sábado que Pedro confiesa a Olivia que había perpetrado otros crímenes anteriores, Inés, la mujer de Pedro y madre de sus dos hijos, Alicia y Adrián, aparece asesinada en su casa. Los inspectores de Homicidios Virginia Lambert y Román Presedo serán los encargados de investigar un crimen que se complicará con el secuestro de Alicia, precisamente el día de su decimoctavo cumpleaños. Ambos sucesos tienen el inconfundible olor de la venganza.
En todas las historias familiares hay un hecho que determina el destino de sus miembros. En el caso de Lola, la matriarca de esta saga de detectives, es la muerte de su hijo Marc, hace casi cinco años. Para Lola, lo que vino después fue un tiempo romo y agrisado. Pero hace unos meses que los Hernández se han reunido de nuevo, vuelven a investigar juntos como en los viejos tiempos. También Ayala, el fiel colaborador, ha regresado. Todos curtidos y, por qué no decirlo, más baqueteados a las órdenes del peculiar Mateo. Por otro lado, un estafador del amor campa a sus anchas por el barrio, se hace pasar por un antiguo compañero de colegio de sus víctimas y parece que su avaricia no tiene límites. Los Hernández se enfrentan a un escurridizo adversario.
A veces el primer amor solo necesita una segunda oportunidad.
Callahan es el hermano Kane al que todos critican. Para muchos, Cal es un heredero mimado, un atleta fracasado y un alcohólico funcional. Quizá por eso siente que nadie lo conoce de verdad salvo Alana, la chica a la que le rompió el corazón. Después de aquello, Cal prometió no regresar jamás a Lake Wisteria…, hasta que la herencia de su abuelo lo ha obligado a volver. El único requisito, y a priori sencillo, es que debe pasar un verano entero en la casa del lago de la familia antes de venderla. Sin embargo, todo se tuerce cuando descubre que Lana no solo vive en la casa, sino que también asegura ser la dueña.
Alana no debería haberse enamorado nunca de Cal. Él mismo se lo dijo justo antes de destrozar su corazón y su amistad hace casi seis veranos, tras lo que prometió marcharse para siempre. Y seguramente tampoco debería habérselo creído, porque ahora Cal ha regresado con la intención de vender la casa del lago. Sin embargo, hay un inconveniente: la casa también está a nombre de Lana.
¿Cuándo se está realmente preparado para empezar a vivir?
¿Cuál es el momento adecuado para volverse a enamorar?
Ander y Olivia son dos extraños que coinciden por azar una noche en Barcelona. Ambos, cada uno a su manera, luchan por encontrar su lugar y arrastran fantasmas del pasado que les impiden superar sus errores y miedos. Cuando se despiden, creen que lo que han compartido ha sido una bonita pero fugaz casualidad y que nunca volverán a encontrarse. Sin embargo, el destino a menudo es caprichoso y pronto sus vidas se verán irremediablemente entrelazadas.
Entre poemas, fiestas universitarias, confesiones susurradas, nuevas amistades, despedidas y atardeceres con conversaciones frente al mar, los dos descubrirán lo difícil que es volver a querer para un corazón hecho trizas, lo que les obligará a enfrentarse a sus propias heridas. Solo así tendrán la oportunidad de descubrir el mundo nuevo, emocionante y a veces aterrador que se abre ante ellos para escribir una historia que hasta ahora no creían merecer.
A VECES, LO ÚNICO QUE NECESITAMOS ES LA OPORTUNIDAD DE VOLVER A EMPEZAR.
Tras la muerte de sus padres en un trágico accidente, Cosima Saverio asume el liderazgo de la marca de alta costura en cuero de su familia. Mientras afronta los desafíos de dirigir una empresa a los veintitrés años, Cosima también debe mantener el palazzo familiar en Venecia y cuidar de sus hermanos menores: Allegra, quien sobrevivió a la tragedia que mató a sus padres, aunque con cicatrices y una lesión en la columna, y Luca, que tiene predilección por las fiestas desenfrenadas, las mujeres guapas y las mesas de póquer.
Cosima maneja sus responsabilidades con una madurez que no corresponde a su edad, pero el éxito le ha pasado factura: sus necesidades siempre quedan relegadas a un segundo plano y dedica su tiempo libre a quienes dependen de ella. Hasta que conoce a Olivier Bayard, el fundador de la empresa de bolsos prêt-à-porter más exitosa de Francia.
El negocio de los Saverio goza de estabilidad financiera y genera suficientes ingresos para que la familia viva cómodamente. Entonces Luca pierde una suma considerable en el casino y su vida corre peligro si la deuda no se salda a tiempo. Cosima se enfrenta a una decisión imposible: vender el palazzo, deshacerse de una parte del negocio o dejar que Luca se las arregle solo.
Anna Green creía que se iba a casar con Liam «West» Weston tan solo para poder acceder a un apartamento familiar subvencionado mientras estudiaba en UCLA. También creía que había firmado los papeles del divorcio tras lanzar los birretes al aire y separar sus caminos.
Tres años después, Anna es una artista muerta de hambre que vive al día mientras West es profesor en Stanford. Puede que sea uno de los cuatro herederos del conglomerado Weston Foods, pero tiene poco interés en trabajar para la despiadada empresa que su familia ha creado desde cero, aunque sí le interesa su herencia de cien millones de dólares. Solo hay un inconveniente.
Debido a una cláusula anticuada del testamento de su abuelo, Liam no verá ni un céntimo hasta que lleve cinco años felizmente casado. Justo cuando cree tocar el premio con la punta de los dedos, su familia aumenta la presión para que le presente a su misteriosa esposa, así que no le queda otra opción que recurrir a la única persona que teme presentar a sus padres: su extravagante y no tan exesposa.
Sin embargo, una vez que se han reunido con su familia, Liam tarda poco en pasar de preocuparse por si la enérgica, malhablada y manchada de pintura Anna será capaz de interpretar el papel a si el mundo tóxico de la riqueza acabará corrompiendo a alguien tan puro de corazón como su esposa, profundamente leal y con los pies en la tierra. Liam tendrá que preguntarse si merece la pena perder el amor verdadero que ha surgido de su mentira para mantener la endeble tapadera que han creado o no.