Every generation, a journalist has looked deep into the heart of the nuclear military establishment: the technologies, the safeguards, the plans, and the risks. These investigations are vital to how we understand the world we really live in—where one nuclear missile will beget one in return, and where the choreography of the world’s end requires massive decisions made on seconds’ notice with information that is only as good as the intelligence we have.
Pulitzer Prize finalist Annie Jacobsen’s Nuclear War: A Scenario explores this ticking-clock scenario, based on dozens of exclusive new interviews with military and civilian experts who have built the weapons, have been privy to the response plans, and have been responsible for those decisions should they have needed to be made. Nuclear War: A Scenario examines the handful of minutes after a nuclear missile launch. It is essential reading, and unlike any other book in its depth and urgency.
Este volumen contiene siete novelas –Cosmética del enemigo, Antichrista, Ácido sulfúrico, Diario de Golondrina, Viaje de invierno, Matar al padre, Pétronille– unidas por el carácter oscuro y perverso de sus tramas y personajes. Son narraciones que exploran las vulnerabilidades, dependencias emocionales y retorcidas fantasías que anidan en los recovecos de la mente humana. Y lo hacen con la aplaudida agudeza, cáustico humor y vivaz estilo de Amélie Nothomb.
Un hombre que espera en un aeropuerto entabla a regañadientes conversación con un desconocido que le empieza a contar una atroz historia criminal; la amistad entre dos chicas se convierte en una tortuosa relación de manipulación y dominio; un programa de telerrealidad somete a sus concursantes a situaciones inimaginables que el público contempla embobado y encantado; un individuo trata de recuperar el deseo a través del crimen; una novelista de éxito aquejada de un peculiar autismo escribe bajo los cuidados de su agente; un mago establece un vínculo paternofilial de consecuencias incontrolables con un discípulo; una novelista consagrada y su nueva y joven amiga comparten andanzas etílicas llenas de diversión y riesgo…
Los aliados han liberado Francia, y las tropas alemanas en retirada conducen a un numeroso grupo de colaboracionistas del gobierno de Vichy al castillo de Sigmaringen. Éste es el punto de partida de De un castillo a otro: más de mil personas angustiadas, sin norte ni futuro, se hacinan en un castillo laberíntico. Pero los castillos de Céline son realmente dolorosos, agitados por los espectros de la guerra, el odio y la miseria. Transparente en su autobiografía, casi a caballo entre la novela y la confesión, con aguda ironía y punzante humor, Céline nos describe a los alemanes en pánico, a una Europa que retumba, a los ministros de Vichy sin ministerio y al mariscal a punto de entrar en el Tribunal Supremo. Con su prosa arrolladora y sincopada, en completo desorden pero con vívida clarividencia, Céline nos narra como nadie el caos la derrota, los excesos y las miserias de la condición humana. Así, este De un castillo a otro, primer volumen de lo que el propio autor concibió como una historia magna, la Trilogía del Norte, es uno de sus libros más demoledores, y bien habría podido titularla el final de la noche, porque es una novela que nos interpela, nos sacude, nos golpea. Una literatura radical que se escribe con las vísceras.
Cumbres Borrascosas (1847) se ha convertido en la gran novela romántica por excelencia, o, aún más, en un mito moderno que ha inspirado películas, óperas, secuelas y canciones pop. La única novela de Emily Brontë ?«árida y nudosa como la raíz del brezo», según su hermana Charlotte? bebe sin duda de la fascinación por el género gótico: hay en ella apariciones, noches sin luna, confinamientos desesperados y crueldad sin medida. Pero la tensión y la incertidumbre que imprime a sus atormentados personajes y su tortuosa trama superan toda convención y nos sumergen en una atmósfera de pesadilla que difícilmente volveremos a encontrar en la historia de la literatura.
EL ESCRITOR VIVE, la tarea de ser poeta no se cumple en determinado horario. Nadie es poeta de ocho a dos y de dos a seis. Quien es poeta lo es siempre, y se ve asaltado por la poesía continuamente. De igual modo que un pintor, supongo, siente que los colores y las formas están asediándolo. O que un músico siente que el extraño mundo de los sonidos —el mundo más extraño del arte— está siempre buscándolo, que hay melodías y disonancias que lo buscan. Para la tarea del artista, la ceguera no es del todo una desdicha: puede ser un instrumento.
J.L.B.
La patria, los azares de los mayores, las literaturas que honran las lenguas de los hombres, las filosofías que he tratado de penetrar, los atardeceres, los ocios, las desgarradas orillas de mi ciudad, mi ciudad, mi extraña vida cuya posible justificación está en estas páginas, los sueños olvidados y recuperados, el tiempo... La prosa convive con el verso; acaso para la imaginación ambos son iguales.Felizmente, no nos debemos a una sola tradición; podemos aspirar a todas. Obras completas 4 (1975-1988).