Los Jinetes del Apocalipsis han renacido para destruir el mundo de nuevo, pero uno de los cuatro no está donde debería. Muerte ha roto las reglas y tiene su propia misión. Una búsqueda que le llevará a través del continente de Norteamérica y que dejará muchos cadáveres a sus pasos.onathan Hickman (Los proyectos Manhattan, Amanecer de X) y Nick Dragotta (Los Cuatro Fantásticos) presentan una saga épica que mezcla el western con la ciencia ficción y las profecías apocalípticas.
¿Cuál era, en qué fuentes nacía la imagen -y la imaginación- europea del Oriente Lejano, antes de que los habitantes de nuestras metrópolis abrieran las páginas de este libro, pasando del interés al asombro y del asombro a la incredulidad? Frente a Europa, más allá de Europa, se extendían las inmensas tierras del naciente del Sol, los desconocidos, peligrosos y atractivos «reinos de los confines del mundo», de God y de Magog. Eran las tierras del Árbol Sexo y de la seda, de las especias y las maderas olorosas, de los brahmanes y los hechiceros, del Preste Juan y los siempre amenazantes invasores, de los dragones y los grifos... La presente edición de El libro de las maravillas del mundo de Marco Polo ofrece la versión íntegra de una obra que resulta fundamental para geógrafos e historiadores, para arqueólogos y antropólogos, y en definitiva -aún hoy- para curiosos y viajeros.
La Araucana es un poema épico que narra la guerra de los españoles contra los indios araucanos durante la conquista de Chile, en el siglo XVI. Alonso de Ercilla presenció los hechos que más tarde relatará, en verso, y con una clara intención literaria. El poema se publicó en tres volúmenes a su regreso a España y desde entonces no ha dejado de leerse.
Aunque las historias de fantasmas son tan antiguas como la humanidad, la eclosión de las narraciones espectrales vino a producirse a partir del Romanticismo, que posteriormente transmitió el interés por lo fantasmagórico al periodo victoriano. El avance imparable de la alienante y deshumanizadora industrialización, la propagación de las doctrinas filosóficas materialistas que proclamaban la primacía de lo social y racional frente a lo espiritual, y la paulatina crisis religiosa y del modelo creacionista, propiciaron un giro hacia la esfera de lo gótico y lo fantástico, plasmándose desde una perspectiva literaria en narraciones sobrenaturales y fantasmagóricas, en las que el fantasma ya no aparece para aleccionar moralmente, sino para propagar una sensación de terror e inquietud en el lector y en el inconsciente colectivo.
La presente obra es una antología ?la más exhaustiva y completa que se ha llevado a cabo hasta la fecha? de relatos victorianos y eduardianos, la época dorada del género, cuyos autores se sintieron seducidos por las historias de fantasmas y por el enigma de la existencia. Con castillos ruinosos, desolados cementerios y bosques oscuros como telón de fondo, estas historias pretenden recrear en los lectores ese temor ancestral por lo desconocido y la sorpresa contenida frente al presentimiento de lo inevitable.
Fernando de Herrera publicó relativamente poco y es recordado sobre todo por su propia colección poética, Algunas obras (1582), dechado de precisión clasicista y exquisitez lírica. Admiradores y amigos de Herrera, encabezados por el pintor Francisco Pacheco, publicaron en 1619 un grueso volumen de Versos del sevillano, muchos de ellos inéditos.
La presente edición para la BCRAE sigue el volumen impreso en 1582, del que se han cotejado todos los ejemplares conocidos, incluido uno que contiene correcciones manuscritas del propio autor. Se estudian asimismo las diferencias entre esa edición y la póstuma (1619), para otorgarle a esta última mayor relevancia autorial de la que se le había reconocido; se han tenido en cuenta también los manuscritos conservados, en especial uno de 1578 con abundantes poesías no recogidas en los impresos, y el conjunto se completa con cuatro poemas latinos de juventud.
El resultado es una edición cuidada al detalle que se erige en interpretación integral de una de las cimas indiscutibles de la poesía amatoria, elegíaca y heroica del Siglo de Oro.
Peñas arriba, publicada a principios de 1895, alcanzó un éxito inmediato por su capacidad de captar las dimensiones simbólicas de un paisaje, el de la montaña cántabra, que aparece contrapuesto a la vida sofisticada y mendaz de la urbe. En el frívolo y mundano Marcelo y en la relación que establece con su tío, el ejemplar don Celso, se cifra ese camino de regreso a lo natural.
En su edición para la Biblioteca Clásica, Laureano Bonet sitúa el "realismo regionalista" de Pereda en su contexto estético e ideológico (tradicionalista y antiliberal), ubica la novela en unas coordenadas europeas más amplias y le insufla, además, una mirada renovadora, de orden antropológico, que la aproxima a angustias de nuestro propio tiempo.
Para el establecimiento del texto se ha escrutado detalladamente el difícil proceso de redacción de la novela -interrumpida por el suicidio del hijo-, cuyo autógrafo se conserva, y se han tenido en cuenta la primera edición y la que se incluyó en las Obras completas del autor.