En el resquebrajamiento de una sociedad que ha cortado con sus valores y su pasado, en que los asesinos contratados o sicarios son niños, y en que la impunidad es la norma y la violencia el aire que se respira, por las atestadas calles de Medellín, entre una multitud maldiciente de desempleados y mendigos, de ladrones y atracadores, vendedores ambulantes y fumadores de basuco, van el narrador loco o lúcido y su amante, un adolescente asesino, tratando de ponerle remedio por las malas a lo que no lo tiene. Cuando ya no queda sino rezar y rociar con agua bendita las balas, la iglesita perdida de María Auxiliadora en el pueblo de Sabaneta se vuelve un santuario de peregrinación de los sicarios y a la vez una referencia para las páginas alucinadas de esta novela.
La bruja de Portobello es un elogio de la diferencia y una crítica a la intolerancia de la sociedad que aniquila la libertad del individuo. "El gran problema de Athena era ser una mujer del siglo xxii, viviendo en el siglo xxi, permitiendo que todos lo viesen. ¿Pagó un precio? Sin duda. Pero habría pagado un precio mucho más alto si hubiera reprimido su exuberancia." Paulo Coelho nos anima a defender nuestras raíces y nuestras creencias por encima de la voluntad del resto, sin avergonzarnos de lo que nos hace únicos.
En los relatos de Infancia e invención, el primero de los volúmenes que compendia la obra novelística de Carmen Boullosa, el viaje a la niñez simboliza más que un retorno al origen. En Antes y Treinta años, tenemos el inquietante umbral hacia el mundo adulto en una mirada inocente, que en Mejor desaparece adquiere tintes de pesadilla. En La novela perfecta, Así pensó el niño y La milagrosa opera la noción mágica del mundo que es privilegio de la infancia. Y en Texas, la invención con rigor documental alienta la crítica impermeable a los dictados de la historia oficial.