Espejo Viejo es el título de este libro que nos propone 21 Miguel Ángel Medina Fernández, como parte de ese “manojo de experiencias”, que es su octogenaria vida; y al leerlo, resulta imposible no retener algo que podamos usar a nuestro favor, o bien ajustarlo a nuestra propia realidad, Cada composición emerge en un ambiente donde confluyen la humanidad y la naturaleza, para formar una asociación donde la una toma ejemplo de la otra, El amor a la Patria, a sus héroes y símbolos, a la familia, los hijos, la mujer, la tierra y cada ser que acompaña este viaje que significa la existencia. Miguel Ángel Medina ofrece con sencillez y belleza una imagen que no miente y que se vuelve cada vez más cercana e infinita.
Un duro y bellísimo ajuste de cuentas de un hijo con la figura del padre.
¿Qué tienen en común una pintura china de hace 1.300 años, la poesía de Dylan Thomas, las investigaciones etnográficas de Lévi-Strauss, un célebre apunte de los diarios de Kafka y una escena de El fuego fatuo de Louis Malle?
La respuesta está en la habitación donde un hombre agoniza mientras su hijo, el escritor Ricardo Menéndez Salmón, busca en el último paisaje que su padre ha contemplado una revelación que quizá no exista.
No entres dócilmente en esa noche quieta es una ofrenda, una elegía y una expiación. Es también el intento por reconstruir una existencia que camina hacia la madurez, la de quien escribe, a través de una existencia que se agota sin remedio, la de quien le entregó la vida.
Bartleby, el escribiente es un magnífico y conmovedor relato, cuya lectura resulta inquietante, divertida y perturbadora. Su protagonista, un peculiar copista judicial que trabaja en un despacho de abogados en Nueva York, decide un buen día, para sorpresa de su jefe, negarse a seguir copiando con la famosa frase «preferiría no hacerlo». Aún hoy, la motivación de Bartleby sigue siendo un exquisito misterio literario, pero la determinación y la sosegada delicadeza con la que se atreve a decir «no» hará que pase a la posteridad como un hombre que eligió la libertad. Herman Melville creó así un personaje paradigmático que influyó notablemente en autores posteriores y que se ha convertido en referente en la historia de la literatura.