Un pequeño cómic con un gran mensaje de aceptación y tolerancia.
¿Quien no ha luchado alguna vez contra la rebeldía de su propio cabello? ¿Quien no ha sufrido los estragos de un peluquero despiadado? La oveja cuenta el calvario que vive una niña al intentar domar su melena rizada: que si champús, peinados imposibles, turbantes, sombreros… hasta que solo le queda una última esperanza: un buen corte de pelo. Pero que sorpresa cuando, en lugar de arreglar el problema, el peluquero convierte su cabello rizado en una oveja espantosa. Desesperada, nuestra pequeña protagonista recurrirá a todas las estrategias posibles para que el animal que se ha instalado en su cabeza desaparezca y la deje en paz.
Un sueño recurrente y perturbador. Un misterioso camafeo y una mujer en busca de respuestas.
Un secreto silenciado durante años rompe el rumor de las olas
Adela Roldán, casada y con un hijo, lleva una apacible vida en familia salvo por una pesadilla recurrente que la perturba desde que era solo una niña. En ella ve cómo una joven es asesinada en presencia de su hija pequeña. Cuando despierta no recuerda nada más, hasta que una noche identifica el nombre del pueblo en el que ocurre todo: Vilar de Fontao, en Galicia. Decide viajar hasta allí y comprobar si la casa donde tiene lugar el horrible crimen existe. Lo que Adela desconoce es que, en realidad, emprenderá un viaje de más de cien años que la llevará desde un pazo en la Costa da Morte hasta la ciudad de Santiago de Compostela. Un viaje en el que perseguirá descubrir la verdad sin saber que se acerca a un secreto que unos intentan desvelar y que otros quieren preservar.
Haciendo gala de un estilo lleno de resonancias e imágenes evocadoras, Ángela Banzas construye con maestría una novela que conecta la historia de varias generaciones de mujeres que deberán sobreponerse a la adversidad, a la traición, al dolor y al miedo, sin dejar de luchar con pasión por aquello en lo que creen en unos tiempos marcados por el clasismo rural, el hambre y la guerra, los bandos, la desconfianza y la muerte.
«Aprende a amar tu destino. Cuando otros vean lluvia y la repudien, tú sonríe a la tierra agrietada y mortecina y espera la simiente que crecerá mañana. Sé paciente y perservera, pues en la oscuridad la luz brilla con más fuerza».