Rosanna Menici es muy joven cuando conoce a Roberto Rossini, el hombre que le cambiará la vida. En los años siguientes, sus destinos se verán entrelazados por sus extraordinarios talentos como cantantes de ópera y también por su incombustible pero obsesivo amor, un amor que acabará afectando las vidas de todos los que los rodean. Porque, como Rosanna descubrirá poco a poco, su unión está marcada por terribles secretos del pasado...
Desde las pintorescas calles de Nápoles hasta los deslumbrantes escenarios de los más prestigiosos teatros del mundo, el viaje de Rosanna es una emocionante historia de pasión, traición y autodescubrimiento.
Sonó el teléfono y supo que la iban a matar. Lo supo con tanta certeza que se quedó inmóvil, la cuchilla en alto, el cabello pegado a la cara entre el vapor del agua caliente que goteaba en los azulejos. Bip-bip. Se quedó muy quieta, conteniendo el aliento como si la inmovilidad o el silencio pudieran cambiar el curso de lo que ya había ocurrido. Bip-bip. Estaba en la bañera, depilándose la pierna derecha, el agua jabonosa por la cintura, y su piel desnuda se erizó igual que si acabara de reventar el grifo del agua fría. Bip-bip. En el estéreo del dormitorio, los Tigres del Norte cantaban historias de Camelia la Tejana. La traición y el contrabando, decían, son cosas compartidas.
Después de una carrera plagada de éxitos sobre los escenarios operísticos más importantes, me he visto sumergida en una complicada situación profesional que se ha agravado aún más por mi situación personal.
Mi marido ha desaparecido, no me responde a las llamadas y, por si eso no fuera ya bastante humillante, he descubierto que me ha dejado con serios problemas económicos. Así que no me ha quedado más remedio que actuar en una ópera rock, con argumento romántico y características muy alejadas de mi registro como mezzosoprano, a pesar de que mi prestigio haya quedado en entredicho.
Si ya dudaba si aceptar o no ese trabajo, tras conocer al coprotagonista me pregunto si seré capaz de soportarlo: un roquero sin filtro verbal y de cuestionable estilo al vestir, que me birla el maquillaje y que siempre está rodeado de fans dispuestas a todo por su ídolo.
Y cuando creo que ya no puedo hundirme más, recibo una inesperada noticia sobre mi marido que me impacta como un monumental bofetón emocional.
Pero como reza el dicho: no se vayan todavía, aún hay más...