Será una partida a muerte
Guillermo lo tiene todo para ser feliz: una mujer maravillosa, un hijo encantador, un trabajo bien pagado, un chalet en las afueras de Madrid y dos perros. Pero se está aburriendo.
Tras la muerte de su madre comienza a atravesar su particular crisis de los cuarenta e intenta llenar ese vacío en el polideportivo del pueblo, hasta que un día se apunta a un club de juegos de mesa, y allí conoce a K.
K es un hombre vulgar pero magnético que le propone una peculiar empresa: diseñar un juego genial, diferente, único… Establecen una extraña amistad y lo que empieza como algo lúdico se transforma en una escalada emocional, llena de adrenalina; un viaje sin retorno hacia el peligro que solo puede acabar en desastre.
Club de juego es una historia sobre la culpa y sobre una generación con miedo a envejecer, sobrecargada de estímulos, que ve en la rutina el peor de sus fracasos.
Una alocada historia con la que tendréis garantizadas unas cuantas horas de diversión.
Hay personas que creen merecer más de lo que tienen, y Agustina es una de ellas. No es que quiera tener más hijos —con tres es suficiente— ni un marido mejor —su Andrés es un buenazo—, pero se aburre. Y como se aburre mucho, escribe sin parar y vuelca todas sus frustraciones y anhelos en Amanda Quong, exitosa empresaria y personaje principal de su primera novela.
Lo que ella no se podía imaginar, y de imaginación Agustina va sobrada, es el giro que va a dar su vida cuando decida publicar las notas de su novela en su perfil de Instagram, mezclando realidad y ficción en un lío del que no sabe si podrá —o querrá— salir airosa.
En un mundo de influencers de pacotilla y de princesas yo elegí ser una persona que se come el mundo antes de que el mundo me coma a mí, aunque a veces tenga náuseas.
Pero ¡cuidado! porque, sí, hablo de cosas de chicas y de chicos, de situaciones muy reales, de momentos alegres y de llanto, pero os lo digo alto y claro: todos y todas llevamos una Drama Queen dentro, solo hay que dejarla salir…