La ciudad de Resistencia, en el Chaco argentino, es una ciudad tranquila, burguesa, aletargada en el calor asfixiante de la región, en la que crímenes, pecados y faltas hallan acomodo más o menos impune siempre y cuando se guarden las apariencias. Hasta que un día, súbitamente, entre una cómoda pareja de amantes salta como una inspiración diabólica la pregunta que los asoma al abismo y los arrastra a un particular infierno, pues toda transgresión puede admitirse menos aquella que es inocultable: el asesinato. Una vez traspasado el último límite y probado el sabor de la libertad lejos de toda convención social, no cabe más que dejarse arrastrar por la vorágine de la llamada elemental de la supervivencia en una huida violenta y salvaje que desemboca en un insospechado final.
¿Hasta dónde serias capaz de llegar por lealtad? ¿Serías capaz de renunciar a tu felicidad, a tu destino, al amor, y vencer tus propios miedos?.
Maysie Sheldon tenía un secreto.
Uno de esos que desgarra el alma de quien lo guarda, y deposita una pesada carga en todo aquel con quien se comparte.
Maysie Sheldon había amado.
Había amado con el alma, con esa inocencia conmovedora que impulsa a las jóvenes ingenuas a escaparse del dulce cobijo de sus sábanas en mitad de la noche para refugiarse en unos brazos cálidos, para robarle un minuto al tiempo, para arrancarle unos segundos al destino...
Maysie Sheldon guardaba un gran secreto y su hermana Elisabeth compartía gustosa aquel peso.
El día en que nacieron sus dos hijos, Anthony Doerr supo tambien que había sido galardonado con el Premio Roma, una de las más prestigiosas distinciones otorgadas por la Academia Americana de las Artes y las Letras.
Gracias a su dotación, Doerr pudo vivir en la capital italiana con su recien acrecida familia durante un año. A lo largo de este tiempo, Doerr leyó a Plinio, a Dante, a Keats; visitó las calles y plazas más bellas del mundo, y asistió al mayor funeral de la historia, el del papa Juan Pablo II. Y todo ello mientras aprendía, entre biberones, pañales y noches en vela, los secretos de la paternidad.
Libro de memorias, por supuesto, pero tambien de viajes, de arte, y casi una novela, Un año en Roma es el fruto de las experiencias de su autor en la Ciudad Eterna, en las que lo íntimo y lo deslumbrante se funden por medio de la palabra.