Tarde o temprano tenía que ocurrir. Desde que Viracocha se le apareció a su antepasado, todos sabían que algún día llegarían sus hijos, seres blancos, barbados, superiores en todo a ellos mismos. Ese día tendrían que postrarse a sus pies y poner su propia vida en sus manos, pues ni el mismo Sol podría oponérseles.
Crecer junto a una bruja alimenta a la protagonista a dejar su Veracruz natal y embarcarse en una odisea que la llevará primero a la ciudad de Mexico y luego a media docena de países diferentes. De la noche a la mañana, con 17 años y una maleta, deja todo lo que conoce para convertirse en la mujer más bella de su país. Su espíritu libre la permitirá conquistar a los hombres más poderosos el planeta, aunque es su pasión por el mundo oculto lo que realmente convierte su historia en inolvidable. El glamour, el lujo, el arte, la amistad, son experiencias que irán transformándola sin perder la esencia de sus raíces. Las memorias falsas de una celebridad: reina, bruja, esposa, madre, acostumbrada a transitar por sus perfecciones e imperfecciones. El viaje personal de un icono internacional que abre su corazón y su espíritu para contar cómo aprendió a tomar control de su vida con la ayuda de sus fantasmas. La protagonista cumplirá sus sueños y, finalmente, encontrará el significado del amor en el lugar más inesperado. Como dice ella: Los deseos no se cuentan, se construyen.
Nunca he creído en el horóscopo. ¿Sabéis por qué? Porque te dice que estás viviendo un periodo favorable, te da tres estrellas en salud, dinero y amor y, sin embargo, tú te sientes como un trapo viejo, tu vida sentimental es un desastre y tu trabajo pende de un hilo.
¡Bienvenidas al club de las desdichadas intergalácticas!
Me llamo Alice y hasta hace unos meses mi autoestima estaba por los suelos. Mi ex estaba a punto de ser padre y por la cadena de televisión en la que trabajo acababa de aparecer un nuevo jefe con una sonrisa imposiblemente sexy y el apodo de «el cortador de cabezas». Lo último que necesitaba.
Entonces a mi vida llego Tio, mi entrenador astrológico personal, para convencerme de que mis problemas no eran debidos a un complot cósmico sino a la posición de los planetas en mi carta astral. Así que lo único que podía hacer era ponerme en sus manos y averiguar qué sorpresas me tenían reservadas las estrellas.
Y os aseguro que lo que descubrí fue mucho más que eso porque, quizá, cuando se trata de amor... el destino no está escrito en el cielo.