Acompañado del joven Íñigo Balboa, a Alatriste le ordenan intervenir en una conjura crucial para la corona española: un golpe de mano en Venecia para asesinar al dogo durante la misa de Navidad del año 1627, e imponer por la fuerza un gobierno favorable a la corte del rey católico en ese estado de Italia. Para Alatriste y sus camaradas -el veterano Sebastián Copons y el peligroso moro Gurriato, entre otros-, la misión se presenta difícil, arriesgada y llena de sorpresas. Suicida, tal vez; pero no imposible.
Diego Alatriste bajó del carruaje y miró en torno, desconfiado. Tenía por sana costumbre, antes de entrar en un sitio incierto, establecer por dónde iba a irse, o intentarlo, si las cosas terminaban complicándose. El billete que le ordenada acompañar al hombre de negro estaba firmado por el sargento mayor del tercio de Nápoles, y no admitía discusión alguna; pero nada más se aclaraba en él.
Sonaba la medianoche en los relojes de París cuando entraron por la puerta de Saint-Jacques cuatro jinetes tan seguros de sí mismos como el trote firme de sus caballos».
Es medianoche. Íñigo Balboa, que forma parte de los Correos Reales del rey católico, aguarda expectante la llegada del capitán Alatriste, de Francisco de Quevedo y de Sebastián Copons a París, donde se encuentra para entregar unos despachos al conde de Guadalmedina. Hace casi un año que no se reúnen, cuando acabó la arriesgada encomienda que tuvieron que afrontar en Venecia. Son tiempos complejos para Francia: desde hace unos meses, los hugonotes de La Rochela, con apoyo inglés, están viviendo un duro asedio por parte de las fuerzas francesas a las órdenes del cardenal Richelieu. Por mediación de Quevedo, Alatriste y sus amigos se ven envueltos en una peligrosa misión secreta ideada por el conde-duque de Olivares. Esta vez el objetivo es de tal magnitud, que la aventura a la que se enfrentan podría cambiar para siempre el curso de los acontecimientos.
Después de los eventos del primer libro, June White sigue navegando por las complejidades de su último año en el instituto en Laguna Beach.
Aunque ha comenzado a adaptarse a su nueva vida, las cosas están lejos de ser sencillas. June se encuentra cada vez más envuelta en el mundo de James Hunter. James, con su encanto peligroso y su pasado lleno de secretos, sigue siendo una figura enigmática y conflictiva en su vida.
A pesar de sus mejores esfuerzos por mantenerse alejada, la atracción entre ellos es innegable y cada vez más intensa. En medio de todo esto, June se enfrenta a decisiones difíciles que podrían cambiar el curso de su vida.
¿Podrá encontrar un equilibrio entre su corazón y su razón, o se perderá en el caos que la rodea?
Con el nombre de Leonardo a cuestas y una estética andrógina, la protagonista llega a Tijuana, estafada por un grupo de tratantes. Bautizada como Mónica y cobijada por Rosy, una especie de madre adoptiva, se siente plena y aprende los trucos del que será su mundo: un lugar lleno de traiciones, felicidad, euforia y adicciones. Un par de años después, Mónica pasará de la seguridad de los hoteles y posadas a la hostilidad de la calle y de la Jungla, el lugar más sórdido y desconocido de Tijuana. Con la cuerpa reseca y la voz de su madre en mente, consigue lamerse las heridas y volver a casa. El regreso será un viacrucis y la llegada una bendición. También, será el verdadero inicio.
Esta cuerpa mía es una novela honesta y desparpajada, llena de humor y de música, de amor y sororidad, pero con espacio para el dolor y el odio. Está llena de drogas, peligro e hipocresías; de inyecciones de aceite, lentejuelas y tacones altos; de sexo en las esquinas, hoteles y espacios virtuales. Uri Bleier escribe una novela que huele a calle, sabe a playa y suena a cumbia; una historia que su personaje monta a galope con toda su fiereza y ternura.
En un Imperio gobernado por la nigromancia, los hechiceros muertos son la fuente de su poder. Sus cadáveres son encadenados y drenados de su magia para alimentar el insaciable deseo de conquista imperial.
Arienne nació con magia y ha aceptado su oscuro destino. Sin embargo, cuando empieza a oír en su mente la voz de un hechicero muerto hace mucho tiempo, escucha atentamente. Quizás haya otro futuro para ella, si está dispuesta a luchar por él.
A kilómetros de distancia, bajo un volcán, un dragón de siete ojos también lleva las cadenas del Imperio. Antes de la opresión imperial, era el guardián sagrado de su pueblo. Loran, una espadachina viuda, es la primera en arrodillarse ante el dragón en décadas. Llega con una súplica desesperada y se marcha con una espada forjada con el colmillo del dragón y un propósito que cambiará su destino.
En el corazón de la capital imperial, Caine es conocido como un hombre que hace que las cosas sucedan. Cuando su mejor amiga y mentora es asesinada, no dejará piedra sin remover para encontrar a los responsables, aunque eso signifique provocar una guerra.
After saving her nation of Nikan from foreign invaders and battling the evil Empress Su Daji in a brutal civil war, Fang Runin was betrayed by allies and left for dead.
Despite her losses, Rin hasn’t given up on those for whom she has sacrificed so much—the people of the southern provinces and especially Tikany, the village that is her home. Returning to her roots, Rin meets difficult challenges—and unexpected opportunities. While her new allies in the Southern Coalition leadership are sly and untrustworthy, Rin quickly realizes that the real power in Nikan lies with the millions of common people who thirst for vengeance and revere her as a goddess of salvation.
Backed by the masses and her Southern Army, Rin will use every weapon to defeat the Dragon Republic, the colonizing Hesperians, and all who threaten the shamanic arts and their practitioners. As her power and influence grows, though, will she be strong enough to resist the Phoenix’s intoxicating voice urging her to burn the world and everything in it?