¿Y si el amor es la magia más poderosa de todas?
Sera Swan era una de las brujas más poderosas de Gran Bretaña, pero perdió la mayor parte de su poder al resucitar a su tía abuela Jasmine; la Hermandad la exilió y acabó trabajando en el hotel rural familiar en Lancashire.
Cuando Sera se entera de la existencia de un antiguo grimorio con el que podría recuperar su magia, acude a Luke Larsen, un historiador guapísimo que tal vez pueda echarle una mano.
Luke no tenía intención de dejar que la gruñona bruja exiliada traspasara sus gélidas defensas, por eso se sorprende cuando, además de acceder a ayudar a Sera, descubre que esta tiene el poder de hacer que se derrita.
Dirigir un hotel, restaurar su magia y burlar a la Hermandad sería mucho para cualquiera, pero Sera está a punto de descubrir que no tiene por qué hacerlo sola... y que la extraña y maravillosa familia que ha formado podría ser la fuerza más poderosa.
Kafka Tamura se va de casa el día en que cumple quince años. La razón, si es que la hay, son las malas relaciones con su padre, un escultor famoso convencido de que su hijo habrá de repetir el aciago sino del Edipo de la tragedia clásica, y la sensación de vacío producida por la ausencia de su madre y su hermana, a quienes apenas recuerda porque también se marcharon de casa cuando era muy pequeño. El azar, o el destino, le llevarán al sur del país, a Takamatsu, donde encontrará refugio en una peculiar biblioteca y conocerá a una misteriosa mujer mayor, tan mayor que podría ser su madre, llamada Saeki.
Si sobre la vida de Kafka se cierne la tragedia –en el sentido clásico–, sobre la de Satoru Nakata ya se ha abatido –en el sentido real–: de niño, durante la segunda guerra mundial, sufrió un extraño accidente que lo marcaría de por vida.
Como en el mejor Murakami, pasado y presente, sueño y vigilia, se funden y solapan creando una atmósfera en la que resulta difícil discernir deseo y pesadilla.