A los diecinueve años, a Chris Offutt ya se le habían cerrado las puertas del Ejército, del Cuerpo de Paz, de la Guardia Forestal y de la Policía, así que abandonó su hogar en los Apalaches y se dirigió hacia el norte para dar comienzo a una serie de viajes que después lo llevarían de costa a costa por Estados Unidos, un país habitado por una variedad impredecible de vagabundos y bichos raros, en busca de trabajos temporales, mientras dormía en habitaciones de mala muerte y soñaba con ser artista. Quince años después, Chris se ha establecido junto con Rita, su mujer, a orillas del río Iowa, donde descansa y escribe, a la espera del nacimiento de su primer hijo. Será entonces cuando pueda iniciar un camino bien distinto al emprendido años atrás, ese que habrá de llevarlo a la madurez.
Melancólico y algo fatalista, soltero y con una novia en Génova a quien ve muy de vez en cuando, y amante de la buena mesa, Salvo Montalbano es comisario de policía en Vigàta, un pequeño pueblo siciliano que, pese a no figurar en ningún mapa, encarna la esencia de la cultura mediterránea.
Los seguidores de la serie negra europea más aclamada encontrarán en esta edición tres casos en los que el entrañable comisario, sabio intérprete del arte de vivir, se supera a sí mismo y vuelve a emocionar a los lectores con su infalible perspicacia y su implacable sentido de la justicia. En La voz del violín, Montalbano no se da por vencido ni por convencido cuando muere el principal sospechoso del asesinato de una hermosa joven, esposa de un médico boloñés, cuyo cadáver aparece desnudo en el chalet de ambos.
Salvo Montalbano tiene cuarenta y cinco años, una novia en Génova y es comisario de policía de Vigàta, en Sicilia, un pequeño pueblo que, si bien no aparece en ningún mapa, es tan real como la vida misma.
Fiel amigo de sus amigos, amante de la buena mesa y sabedor de que la tierra ha girado y seguirá girando en torno al sol, Montalbano encarna la esencia de la cultura mediterránea. Su temperamento melancólico, su implacable sentido de la justicia, rayana en lo quijotesco, así como su infalible perspicacia, lo han convertido en un héroe verdaderamente popular, cuyas historias son devoradas con fruición por millones de incondicionales lectores en todo el mundo.