El presente estuche, una publicación única en el mercado actual, contiene la totalidad del canon holmesiano dividido en tres volúmenes atractivos y cuidadosamente editados: en Relatos 1 encontramos las dos primeras colecciones de cuentos de Conan Doyle: Las aventuras de Sherlock Holmes (1892) y Las memorias de Sherlock Holmes (1894); Relatos2 contiene las tres que le siguieron: El regreso de Sherlock Holmes (1907), Su último saludo (1917) y El archivo de Sherlock Holmes (1927); por último, Novelas reúne las cuatro narraciones largas protagonizadas por el emblemático y perspicaz detective de Baker Street: Estudio en escarlata (1887), El signo de los cuatro (1890), El perro de los Baskerville (1902) y El valle del miedo (1915).
Edición de Alberto del Río Nogueras.El volumen 19 de la BCRAE reúne la totalidad del teatro enciniano, formado por las ocho églogas incluidas en el Cancionero de 1496 y las seis piezas compuestas a partir de esa fecha.
La obra de Encina compendia y eleva a la excelencia la tradición dramática medieval, en la que injerta las perspectivas amorosas propias de la lírica cancioneril y de las ficciones sentimentales, acordes con el gusto palaciego del tiempo y refinadas con ciertos aires mitológicos durante su etapa italiana.
Nadie le discute el trono de los inicios de nuestra escena, aunque la posteridad lo olvidase y tuviese que esperar a la época de las vanguardias, al calor de su reivindicación como músico, para cautivar con las mismas armas literarias de sus comienzos: un estudiado primitivismo que logra, bajo disfraz pastoril, calar hondo en las conciencias.
Para establecer el texto crítico de la presente edición se ha consultado la totalidad de testimonios antiguos, algunos de ellos conservados en ejemplar único.
En este primer tomo empieza a adquirir forma la figura de la mujer como narradora oral y como receptora, pasando por el importante papel que juega el lenguaje en la consumación de la Conquista y por Bernal Díaz del Castillo, privilegiado cronista que lo mismo enarbola la pluma que las armas, hasta llegar a la figura central de los estudios de la autora: Sor Juana Inés de la Cruz, heredera de la callada tradición de las anónimas monjas escritoras. Glantz demuestra cómo la conquista de la escritura femenina se gesta en el más insospechado rincón del mundo: el claustro. En este fértil recorrido crítico la también novelista ha sabido desentrañar insospechados secretos de la época y sus letras, por ejemplo, del papel decisivo de las mujeres -concretamente las monjas-, que si bien no serían reconocidas como "escritoras", contribuirían a la definitiva comprensión de los aspectos social, cultural, político y religioso de su tiempo.