En la estepa rusa, el invierno dura casi todo el año y los montículos de nieve son más altos que las casas. A Vasia el hielo le recuerda a los cuentos sobre Morozko, el misterioso rey del invierno, que trae las heladas y engaña cruelmente a las jóvenes para quedarse con sus almas. En cuanto su padre regresa de Moscú con una nueva esposa muy devota, las cosas cambian. La mujer ve demonios invisibles a ojos de todos, excepto de Vasia... Aunque para ella son espíritus: como el vodianói, un hombre hecho de ramas de árboles, o la rusalka, la ninfa que ahoga a los incautos en el lago. Mientras los aldeanos sigan haciéndoles ofrendas, no pasará nada malo. Pero un despiadado invierno, cuando las ventiscas cubren las casas de escarcha y el miedo se cuela por las cerraduras, las ofrendas dejan de llegar.Ambientada en un paraje helado de la Rusia medieval, la trilogía que inicia El oso y el ruiseñor teje un tapiz irresistible en el que se entrelazan la magia de los cuentos de hadas y el temor a lo desconocido. Tras su publicación, el libro resultó ganador en la categoría de Mejor Novela Fantástica en Amazon (2017), quedó finalista en los premios de Goodreads, se tradujo a una veintena de idiomas y cosechó un gran éxito de ventas.
Un domingo de agosto de 1926, cuando Magdalena Laparra ha vuelto de Cuba para pasar las vacaciones con su familia, coge a sus dos hijos, uno de cada mano, y se mete al mar en la playa de Biarritz con la intención de ahogarse. La niña de siete años, Elsa, advierte algo extraño en la actitud de su madre y consigue escapar tras un forcejeo. El niño pequeño en cambio, de solo dos años, muere ahogado y Magdalena es internada en un psiquiátrico por el resto de su vida. Dieciocho años después, Elsa, la niña superviviente al ahogamiento, que ahora tiene 25 años, y acaba de separarse tras saber que su marido ha tenido un hijo con otra mujer, vuelve a España a casa de su abuela en busca del oscuro relato familiar. Para Elsa, ese viaje no solo supondrá el descubrimiento de un origen traumático, sino que se verá inmersa en un turbulento triángulo amoroso con un oficial del ejército alemán, que ha venido a controlar la frontera franco-española, y un pescador local que ejerce de contrabandista y forma parte de una célula de la resistencia contra la invasión de los nazis.
Más allá de la Tierra Media constituye parte del legado literario y vital de la escritora estadounidense Gamel Woolsey. Siempre a la sombra de su compañero, el proteico Gerald Brenan, hispanista original y de enjundia, su voz poética, elegante y sigilosa, tras muchos años silenciada, se publica por primera vez en español. Desfilan por sus poemas la infancia y el paso del tiempo; el amor físico y el platónico, aunque también su pérdida; la literatura, el arte y la música como modos de salvación. Pero descuella, sobre todo, el extrañamiento ante la Naturaleza y sus ciclos, esto es, el choque con la realidad y la búsqueda de respuestas frente a la muerte.
Estamos en pleno siglo XXI, en una Nicaragua en la que se están viviendo unas revueltas populares que son reprimidas brutalmente por el gobierno, apoyado en el siniestro brazo ejecutor del jefe de los servicios secretos. El inspector Dolores Morales debe enfrentarse en la distancia con ese ser terrible apodado Tongolele, responsable último de su exilio en Honduras, que mueve con frialdad y cinismo, en parte gracias a los consejos adivinatorios de su madre, muchos hilos de la desquiciada política del país.
La magistral prosa de Sergio Ramírez va desvelando poco a poco un entramado turbio, lleno de secretismos, traiciones y oscuras maniobras al que tendrá que enfrentarse el inspector Morales, respaldado por el inefable Lord Dixon, doña Sofía Smith y el resto de sus socios. Porque, en esa Nicaragua siempre turbulenta, cualquier paso puede darse en falso y provocar el derrumbe definitivo de aquel que decida enfrentarse de algún modo, por ridículo que sea, al poder establecido.
Aké. Los años de la niñez es el relato en primera persona de la infancia de Soyinka en una aldea de Nigeria llamada Aké, en los años en torno a la Segunda Guerra Mundial. Allí el pequeño Wole, un muchacho de una curiosidad infinita, amante de los libros y propenso a meterse en líos y aventuras, crece con la doble influencia de los aires occidentales y de las antiguas tradiciones espirituales youruba. Esta evocación colorida de los paisajes, los sonidos y los aromas que dieron forma al mundo de Soyinka adquiere una forma hermosa, lírica, pero también cargada de humor y del candor y la perspicacia de una mirada infantil.
«En este libro hay más lecciones valiosas sobre el oficio de novelista que en cualquier facultad de literatura.» Juan Gabriel Vásquez.
En septiembre de 1967, unos jóvenes Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa se reunieron en Lima para hablar de literatura latinoamericana. El primero había vendido ya miles de ejemplares de Cien años de soledad. El segundo acababa de ganar el Premio Rómulo Gallegos por La casa verde.
Hoy ambos son considerados universalmente dos de los máximos exponentes de la literatura en español, pero por aquel entonces eran dos jóvenes que estaban empezando su carrera como novelistas. En Dos soledades se sitúan frente a frente dos escritores, dos genios literarios, dos maneras diferentes de entender la literatura, dos temperamentos en cierto modo contradictorios, dos formas distintas de narrar. Son los tiempos en que el boom se está gestando, en los que todavía no se ha acuñado nombre para lo que hoy conocemos como «realismo mágico». En estas páginas apasionantes, el lector asiste a una conversación sin igual.
La edición incorpora textos de Juan Gabriel Vásquez, Luis Rodríguez Pastor, José Miguel Oviedo, Abelardo Oquendo, Abelardo Sánchez León y Ricardo González Vigil, quienes rememoran, la mayoría en calidad de testigos, aquel diálogo; y, además, dos entrevistas al escritor colombiano, una selección fotográfica, y la valoración que hace hoy Vargas Llosa de la vida y obra de García Márquez.