Rosa decide dejar su vida cómoda en la ciudad para irse con Gene, su pareja de origen irlandés, a construir con sus propias manos una casa en la selva a orillas del mar. Cuando él tiene que irse unos días, ella queda sola en aquel paraje que aún le resulta indescifrable. Durante ese tiempo, a medida que la luna mengua y las noches se oscurecen, Rosa se enfrenta a las amenazas de la ingobernable naturaleza que la rodea y también a los otros, los vecinos del lugar que la saben sola. Su pasado, además, no deja de acecharla, y su soledad se hace cada vez más profunda y definitiva. En esta novela portentosa que corta el aliento, la prosa rotunda de Pilar Quintana nos produce admiración e inquietud por partes iguales.
192 d. C. Varios hombres luchan por un imperio, pero Julia, hija de reyes, madre de césares y esposa de emperador, piensa en algo más ambicioso: una dinastía. Roma está bajo el control de Cómodo, un emperador loco. El Senado se conjura para terminar con el tirano, y los gobernadores militares más poderosos podrían dar un golpe de Estado: Albino en Britania, Severo en el Danubio o Nigro en Siria. Cómodo retiene a sus esposas para evitar su rebelión, y Julia, la mujer de Severo, se convierte así en rehén. De pronto, Roma arde. Un incendio asola la ciudad. ¿Es un desastre o una oportunidad? Cinco hombres se disponen a luchar a muerte por el poder. Creen que la partida está a punto de empezar. Pero para Julia la partida ya ha comenzado. Sabe que solo una mujer puede forjar una dinastía.