En un Imperio gobernado por la nigromancia, los hechiceros muertos son la fuente de su poder. Sus cadáveres son encadenados y drenados de su magia para alimentar el insaciable deseo de conquista imperial.
Arienne nació con magia y ha aceptado su oscuro destino. Sin embargo, cuando empieza a oír en su mente la voz de un hechicero muerto hace mucho tiempo, escucha atentamente. Quizás haya otro futuro para ella, si está dispuesta a luchar por él.
A kilómetros de distancia, bajo un volcán, un dragón de siete ojos también lleva las cadenas del Imperio. Antes de la opresión imperial, era el guardián sagrado de su pueblo. Loran, una espadachina viuda, es la primera en arrodillarse ante el dragón en décadas. Llega con una súplica desesperada y se marcha con una espada forjada con el colmillo del dragón y un propósito que cambiará su destino.
En el corazón de la capital imperial, Caine es conocido como un hombre que hace que las cosas sucedan. Cuando su mejor amiga y mentora es asesinada, no dejará piedra sin remover para encontrar a los responsables, aunque eso signifique provocar una guerra.
Con el nombre de Leonardo a cuestas y una estética andrógina, la protagonista llega a Tijuana, estafada por un grupo de tratantes. Bautizada como Mónica y cobijada por Rosy, una especie de madre adoptiva, se siente plena y aprende los trucos del que será su mundo: un lugar lleno de traiciones, felicidad, euforia y adicciones. Un par de años después, Mónica pasará de la seguridad de los hoteles y posadas a la hostilidad de la calle y de la Jungla, el lugar más sórdido y desconocido de Tijuana. Con la cuerpa reseca y la voz de su madre en mente, consigue lamerse las heridas y volver a casa. El regreso será un viacrucis y la llegada una bendición. También, será el verdadero inicio.
Esta cuerpa mía es una novela honesta y desparpajada, llena de humor y de música, de amor y sororidad, pero con espacio para el dolor y el odio. Está llena de drogas, peligro e hipocresías; de inyecciones de aceite, lentejuelas y tacones altos; de sexo en las esquinas, hoteles y espacios virtuales. Uri Bleier escribe una novela que huele a calle, sabe a playa y suena a cumbia; una historia que su personaje monta a galope con toda su fiereza y ternura.
El amor es un tabú que no conoce reglas.
A Tiernan de Haas ya no le importa nada ni nadie. Hija única de un productor de cine y de su famosa esposa, ha crecido rodeada de riqueza y privilegios, pero sin amor ni un hogar de verdad.
Cuando sus padres fallecen de repente, sabe que debería estar devastada. Pero ¿ha cambiado algo realmente? Al fin y al cabo, siempre ha estado sola.
Jake Van der Berg, el hermanastro de su padre y su único pariente vivo, asume la tutela de Tiernan, a quien todavía le faltan dos meses para cumplir los dieciocho años. Tiernan es enviada a vivir con él y sus dos hijos, Noah y Kaleb, en las montañas de Colorado.
Lejos del resto del mundo, mientras los tres la toman bajo su protección y la enseñan a trabajar y sobrevivir en los bosques remotos, ella encuentra su lugar entre ellos… Las líneas se difuminan y las reglas se vuelven fáciles de romper cuando nadie más está mirando.
Uno de ellos la tiene.
El otro la desea.
Pero él... Él la hará suya para siempre.